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Cullera

La policía impide que se reserve con sombrillas la primera línea de playa

Los agentes vigilan los accesos a la arena para impedir que se tomen posiciones en la orilla antes de las 8 de la mañana - El ayuntamiento quiere eludir las carreras «que tan mala imagen daban»

La policía impide que se reserve con sombrillas la primera línea de playa

A las siete y media de la mañana, a pesar de la bruma, los bañistas comenzaban el martes a hacer cola en el Paseo Marítimo de Cullera para colocar sus sombrillas en la primera línea de playa. Son muchos los turistas que madrugan cada día para asegurase su trocito de arena. No obstante, las playas permanecen cerradas hasta las ocho para dejar trabajar con espacio y seguridad a los servicios de limpieza. Ahora es la policía la que controla los accesos.

A esas horas, decenas de personas, sobre todo jubilados o residentes de avanzada edad, esperan a que las máquinas que limpian la playa terminen su tarea. Si ya resulta difícil encontrar un hueco en cualquier playa española, más difícil es poder colocarse en la zona más codiciada: la primera línea.

Y así una jornada tras otra. Todos los días se celebra esta peculiar carrera en busca de la mejor ubicación, a escasos metros del mar. Después de dejar colocada la sombrilla, la silla de playa o la hamaca, los turistas, satisfechos, se marchan a desayunar, sin volver al arenal hasta pasadas algunas horas. «Yo vengo y guardo sitio por mi hija pequeña. Si no estoy a primera línea, no la puedo ver cuando se acerca al agua», afirma Elena Aguilar, que veranea desde hace años en la capital veraniega de la Ribera Baixa.

Otros, sin embargo, permanecen en la playa hasta que empieza a apretar el sol, aprovechando las primeras horas del día para refrescarse en la costa. «Nosotros venimos hasta las 11 de la mañana o 12. Ahí ya nos vamos porque hace demasiado sol», cuenta Francisco Bermejo, uno de los madrugadores habituales que trata de lograr las mejores posiciones.

Las colas no son una novedad. Vienen de largo. Esta práctica habitual se ha convertido en casi una tradición para los incondicionales de la playa, a los que la lengua de casi cuatro kilómetros de arena fina que comprende la playa de San Antonio les sabe a poco para conseguir su pedacito de arena. Sin embargo, ahora este grupo de bañistas madrugadores es vigilado por dos agentes de la Policía Local de Cullera que pasean a diario por la playa de San Antonio en busca de sombrillas y hamacas en la arena.

Durante los últimos años, la Policía impedía el acceso a la playa hasta la hora de apertura bloqueando las principales entradas. «Hace unos años se colocaba el policía de turno en las zonas centrales para hacer esperar a la gente que se acercaba a la playa antes de las ocho de la mañana. Cuando daba la hora, la gente echaba a correr para pillar sitio a primera línea. Daba una imagen pésima», admite Salva Tortajada, concejal de Playas del municipio.

A diferencia del año pasado, y como pequeña novedad, la policía ha empezado a patrullar las playas centrales del Racó y San Antonio con quads, cubriendo la zona desde la calle Caminàs dels Homens hasta la calle Amparo Belda. «Antes los agentes iban a puntos específicos. Ahora, como van con quads, pueden desplazarse por la zona de playas centrales, que son las que realmente originan el problema», añade Tortajada. «De siete y media a ocho y cuarto los vehículos pasean por fuera de la playa y persuaden a la gente que intenta acceder al arenal hasta que los servicios de limpieza acaben sus tareas», precisa.

Asimismo, el concejal aclara que no es una prohibición que lleve aparejada una denuncia: «Simplemente indican que están limpiando. Una vez acaban esa tarea, se puede hacer el uso de la playa que corresponda».

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