La suspensión de la tradicional «Demanà de bous» por parte del gobierno de Sueca acabó en la noche del pasado miércoles con un desagradable incidente. La comitiva municipal participaba en la procesión de traslado de los santos Abdón y Senén desde la Muntanyeta dels Sants hasta la iglesia de Sant Pere. Las autoridades locales fueron increpadas a su paso por la Plaça de l’Ajuntament. Se escuchó algún insulto contra la alcaldesa, Raquel Tamarit (Compromís), que se confundía entre gritos de «Volem bous!» y «Alcaldessa dimissió».

La cosa no pasó a mayores mientras el centenar de manifestantes esperaba el regreso de las autoridades desde la parroquia. Tradicionalmente, la corporación municipal se dirige a la casa consistorial y sale al balcón para responder a la petición de los manifestantes. «¡Volem Bous!», solía gritar la multitud y la alcaldía respondía: «Voleu bous? bous tindreu». Este ritual no se ha llevado a cabo este año por decisión del gobierno local. Sin embargo, los festejos taurinos de septiembre se celebrarán al estar ya contratados.

La mayoría de quienes esperaban ante el ayuntamiento decidieron acudir a la anexa Plaça de Sant Pere para esperar la salida de las autoridades del templo. Las protestas y gritos a favor de los actos taurinos, y algún que otro improperio, se reprodujeron cuando la comitiva abandonaba la parroquia, por lo que la alcaldesa y los concejales tuvieron que ser custodiados por la Policía Local.

Isabel Jiménez, concejal de Protocolo, recordó ayer que «la corporación, con la alcaldesa al frente, está preparando las bases de la futura consulta popular para que sea el pueblo de Sueca el que decida si quiere que continúen celebrándose vaquillas con dinero público, si prefiere otro tipo de fiestas, o si desea que se rediseñe todo el programa de fiestas de forma más acorde con los tiempos actuales». El gobierno local se compromete a respetar el resultado del referéndum. «Entonces se verá qué tipo de fiestas necesita la población», aseguró.

Jiménez reconoció ayer que el ayuntamiento y la alcaldesa «están muy indignados por la actitud de ese grupo de personas que no mostró ningún respeto» hacia los participantes en la procesión religiosa. «Ni a los Majorales, ni a la Començadoreta i les Llauradoretes de la Mare de Déu de Sales, ni a las festeras, pese a tratarse del primer acto de su reinado, y ninguno de ellos se merecía pasar ese trance; tampoco la banda de música que acompañaba el desfile, que fue increpada todo el tiempo antes de que finalizara el desfile», añadió apesadumbrada.

Por su parte, EUPV de Sueca ha condenado los insultos que recibió la alcaldesa, Raquel Tamarit. «Para pedir toros o dimisiones de políticos, cosa que pasó, no hay que perder las formas, y menos insultar y faltar a la consideración y al respeto que merecen todas las personas», expresó ayer a través de un comunicado.

Tras lamentar el «desproporcionado despliegue policial ordenado por el gobierno local» EU consideró una «actitud intimidatoria» la retención de dos jóvenes por ejercer «los derechos constitucionales básicos de manifestación, expresión y opinión», dijo. Sin cuestionar la idoneidad o no de la suelta de vaquillas para los aficionados, EU interpretó como «una falta de respeto del gobierno local» no atenderlos. «No todos se comportaron de manera soez e incivilizada», concluyó.

El PP llama soberbia a la primera edil

«Día a día va dando muestras de su soberbia», reprochó ayer el portavoz el Grupo Municipal Popular, José Luis Ribera en referencia a la alcaldesa, Raquel Tamarit. «Contra todo pronóstico no solo ha suprimido la Demanà de Bous, sino que también se permitió el lujo de ordenar a la banda de música que diese por finalizado el acto en la puerta de la iglesia de San Pedro rompiendo así el protocolo habitual para estos actos, en los que la banda acompaña al consistorio y a la festera y su corte de honor hasta la puerta del ayuntamiento», explicó. «Una alcaldesa de mando y ordeno muestra un perfil que roza el absolutismo», añadió Ribera. El portavoz del PP destacó que Tamarit ante las protestas de los vecinos por la supresión de la tradicional Demanà de bous «se hizo escoltar en exclusiva por agentes de la fuerza pública, y optó por salir de la iglesia por una puerta lateral abandonando en el templo a la festera, a su corte y al resto del consistorio». Tras cuestionar «cuánto dinero ha costado a los suecanos el dispositivo policial», llamó la atención sobre el hecho de que los representantes del Gispm, partido coaligado con Compromís, se quedaran «rezagados» en la parroquia. E. Melero sueca