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Seguridad vulnerable

Un investigador alcireño alerta de que cientos de cámaras de vigilancia pueden ser visionadas en internet

Algunas de las cámaras que el viernes se podían visualizar a través de la web de insecam.org. v. m. pastor

Instalar una cámara de vigilancia conectada a internet para recibir las imágenes en otro dispositivo sin levantar las barreras de seguridad necesarias puede abrir una ventana al mundo en una vivienda o negocio sin que, posiblemente, el propietario sea consciente de que está expuesto a las miradas indiscretas de cualquier persona en cualquier rincón del planeta y que, sin pretenderlo, se ha convertido en protagonista de una especie de «Gran Hermano».

«La red es una gran herramienta, pero también tiene sus riesgos y hay que saber utilizarla», comenta Fran García, un joven alcireño que ultima una tesis doctoral titulada «Control y privacidad en el ciberespacio» y que durante el trabajo de investigación realizado ha podido comprobar cómo las imágenes que registraba una cámara ubicada en el interior de un domicilio de Algemesí se podían visualizar en directo en internet. No es la única, la web en que las encontró ofrece también imágenes de miles de cámaras vulnerables en todo el mundo, de las que más de 330 (a fecha 31 de julio) se localizan en España, algunas de ellas en la Comunitat Valenciana.

La lectura en internet de un artículo que alertaba de la existencia de más de 73.000 cámaras inseguras «por culpa de las contraseñas» le llevó a profundizar en este campo. «Igual que cuando instalas un 'router' en casa tienes que poner una contraseña y, si no lo haces, otra persona puede utilizarlo, con las cámaras pasa lo mismo», comenta este licenciado en Publicidad, mientras detalla que muchas personas lo ignoran o no se preocupan de cambiar la contraseña que, por defecto, llevan las cámaras y ahí está el problema. García ha localizado una web que recoge un amplísimo listado de cámaras con las claves de usuario y contraseña que por defecto los fabricantes asignan a cada modelo y también otra página que, tras rastraer la red, muestra imágenes en directo de miles de cámaras que han mantenido esas claves.

Unas muestran imágenes de exteriores -de empresas, de amarres de barcos o incluso de algún chalé-, otras de interiores de todo tipo de establecimientos, desde supermercados a talleres pasando por oficinas en los que se puede seguir los movimientos de las personas que hay trabajando, pero también hay otras que muestran imágenes del interior de domicilios particulares, el día a día en la intimidad de cualquier familia, como la de Algemesí. Días atrás se podían seguir las imágenes de una cámara enfocada directamente a una cuna.

Instalación por particulares

García considera que la web insecam.org muestra sólo las cámaras vulnerables que ha detectado en el rastreo, aunque se muestra convencido de que hay muchas más. De hecho, el sitio web ofrece la posibilidad de eliminar del índice una cámara en particular si alguien lo solicita y el joven alcireño se ha preocupado por tramitar que desaparezca de esta relación la cámara que mostraba imágenes de una familia de Algemesí, aunque no por ello el dispositivo deja de ser vulnerable.

«Quiero pensar que las empresas (de seguridad) no caen en esto y asesoran a sus clientes para que cambien las contraseñas, pero el problema puede sugir cuando alguien se compra una cámara y se la instala él mismo», comenta el alcireño, mientras subraya que «todo lo que está conectado a internet tiene que tener unas medidas básicas de seguridad».

El doctorando alcireño advierte de que si bien esta web ofrece las cámaras que ha detectado al azar, conociendo la IP o identificación se puede entrar en una cámara en concreto que se busque y no haya cambiado las claves.

Fran García comenta como adelanto de las conclusiones del trabajo de investigación que plasmará en su tesis doctoral que «en una sociedad donde la frontera entre el espacio virtual y el real tiende a converger, la privacidad hay que tenerla en cuenta en cualquier faceta de nuestra vida». «El internauta no es un actor pasivo y tiene que asumir una responsabilidad pasiva por su propio interés y la única forma es la formación», comenta el joven alcireño, mientras señala que su única pretensión es alertar a la gente «para que vaya con cuidado y si tiene una cámara, vea que es segura».

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