Los «bous al carrer» de Catadau han acabado este año en muerte, en este caso de uno de los animales participantes en el festejo. Ocurrió el pasado viernes en la prueba de las 14.30 horas, cuando las celebraciones encaraban ya la recta final en este municipio. La vaquilla, cuyas carreras seguían un buen número de aficionados, chocó de forma súbita contra uno de los cadafales. El animal se golpeó en la cabeza y según testigos presenciales quedó aturdido hasta que finalmente se desplomó en el suelo.
En estado de inconsciencia, postrada en la calle y con el hocico ensangrentado, la res fue retirada de la vía pública al camión que transportaba a los animales hasta Catadau, propiedad de la ganadería Alberto Granchel de Quatretonda. Sin embargo, los asistentes señalaron que oyeron golpes en el camión por lo que interpretaron que la vaquilla aún estaba viva. Pero ya no pudo regresar a las calles porque sus heridas eran mortales. Sin embargo, la agonía continuó y el animal fue sacrificado días después del golpe. «Murió en la ganadería», confirmó ayer el ganadero a este diario, aunque evitó dar más detalles de lo ocurrido.
El alcalde de Catadau, el socialista Manolo Bono, explicó que la muerte de la vaquilla se debió «a un mal golpe en la zona del cuello contra uno de los cadafales». Precisamente, Catadau es uno de los municipios que este año, con la llegada al gobierno de socialistas y Compromís „que ocuparán la alcaldía dos años cada uno„, se han planteado medidas para eliminar el sufrimiento de los animales, como la supresión del «bou embolat».
El alcalde, Manolo Bono, aseguró recientemente que en esta edición de las fiestas se han mantenido los espectáculos taurinos porque ya estaban previstos y los actos contratados, pero asegura que el próximo año se eliminarán los «bous embolats» porque considera que se maltrata al animal. «No ocurre lo mismo con la suelta de vaquillas, que se celebra a mediodía y en la que el animal apenas corre riesgo», aseguraba Bono hace unas semanas. Todo el gasto de la fiesta de los «bous al carrer» corre a cargo del ayuntamiento, según admite el propio consistorio.
