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La sequía amenaza el suministro de Carlet y Benimodo y sitúa el pozo en nivel de reserva

El descenso de diez metros en sólo un año provoca episodios de turbidez en el agua potable y alarma al nuevo gobierno

La sequía amenaza el suministro de Carlet y Benimodo y sitúa el pozo en nivel de reserva

El pozo principal que abastece Carlet y Benimodo ha encendido la luz de reserva y con ello la alarma en el ayuntamiento. En las últimas semanas los operarios de la empresa concesionaria, el grupo Aguas de Valencia, han tenido que volver a bajar el nivel de la bomba extractora, una actuación que ya se había llevado a cabo con anterioridad. Técnicos municipales admiten que el pozo está «al límite». En esencia, lo que le ocurre a la instalación, ubicada en la partida del Pi la Cabra, es que como consecuencia del agravamiento de la sequía sus recursos no dejan de menguar y más ahora con la mayor demanda existente una vez el anterior gobierno conectó también a la red la urbanización Ausiàs March. Si en un año no llueve podría peligrar el abastecimiento.

La situación del pozo se ha convertido en una preocupación de primer orden para el nuevo gobierno, Compromís-PSPV, según admite la alcaldesa, Maria Josep Ortega. La bomba extractora ha tenido que aumentar la potencia para atender la demanda de los más de 17.000 vecinos entre Carlet y Benimodo, y el descenso del nivel ha removido sedimentos, lo que ha provocado turbidez.

La empresa que gestiona el servicio admite que durante la última semana del mes de julio recibió en su oficina llamadas de diferentes vecinos de Carlet, en las que se les comunicaba que el agua del grifo salía turbia, lo que además del inconveniente para el consumo puede generar problemas en los electrodomésticos. La empresa tomó muestras a la salida del pozo y el depósito, concretamente en un grifo existente en la derivación hacia Benimodo situada en el Camí de Xàtiva. Las muestras se pusieron en manos del Centro de Salud Pública de Alzira, que es la administración competente en materia de calidad del agua, y los análisis señalaron que se cumplen los requisitos de potabilidad y salubridad del agua, aunque los análisis se mantienen ante el temor de que puedan presentarse nuevos episodios de turbidez.

De momento se ha reducido la velocidad de la bomba del pozo Pi de la Cabra uno para intentar evitar posibles arrastres y se ha aportado un mayor volumen de agua del pozo Pi de la Cabra 2. Además se ha procedido a adelantar la limpieza de los depósitos municipales que estaba prevista para el mes de septiembre. Desde la empresa gestora aseguran que Salud Pública no ha decretado en ningún momento la alerta sanitaria puesto que, tras los valores de turbidez detectados el lunes 27, en el remuestreo realizado el martes 28 de julio, los valores de turbidez en las redes de las poblaciones de Carlet y Benimodo, ya se encontraban debajo de los límites legales. La concejal de Sanidad, Maria Josep Hernandorena, y la alcaldesa se han reunido con responsables de Salud Pública.

Ortega asegura que se ha encontrado el pozo «muy por debajo de las reservas que admitía el PP» y se declara «preocupada» porque a medio plazo se pudiera producir un problema de desabastecimiento de la ciudad o la necesidad de restricciones. «El anterior gobierno nos decía que nunca habría problemas en el pozo, pero no era verdad», aseguró ayer.

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