En tan sólo 24 horas dos personas han acudido al Hospital Universitario de la Ribera en busca de auxilio tras presentar los síntomas propios de un golpe de calor. En los últimos diez días otro individuo más fue atendido en Urgencias con la misma sintomatología, siendo en esta ocasión ingresado de inmediato. Los tres han sido ya dados de alta. Las autoridades sanitarias no han dado más información sobre estos casos.
La Conselleria de Sanidad dio la voz de alarma esta semana ante la previsión de temperaturas de más de 41 grados en la Ribera y activó el nivel máximo de alerta por golpes de calor. Algunos grupos de población debían estar especialmente atentos ante las pistas que a su paso deja el inicio de un golpe de calor, como son la debilidad muscular, la somnolencia, los mareos o los dolores de cabeza.
Cuando el cuerpo no puede regular su propia temperatura se produce un incremento de ésta que puede llevar al fallo de la función de diferentes órganos internos. Esto es lo que conocemos, comúnmente, como un golpe de calor y suele darse con mayor frecuencia en los mayores de 75 años, los recién nacidos y los menores de 6 años. Las personas con problemas de movilidad, los deportistas o aquellos que sufren de hipertensión arterial, diabetes o problemas cardíacos son más vulnerables a padecer los efectos del calor. Si se permanece mucho tiempo en este estado, sin tomar las medidas oportunas, la piel aparece caliente y seca, se produce taquicardia, adormecimiento y pérdida de conciencia, pudiendo llevar al paciente a la muerte.
Actuar rápidamente
Ante la aparición de los primeros signos se recomienda beber abundante agua y zumos naturales, llevar ropa fresca, preferiblemente de algodón, poco ajustada y de colores claros. Permanecer en las zonas más frescas de la casa e incluso buscar lugares públicos con refrigeración para pasar algún rato del día, evitar salir a la calle o realizar actividades físicas en las horas centrales son algunos de los consejos que deben seguirse para evitar un golpe de calor.
En la mayoría de los casos, los primeros síntomas se producen de forma súbita, aunque en muchos otros existen señales de inicio poco específicas.
El desajuste térmico puede producirse por tres factores, porque la producción de calor corporal es excesiva, porque la temperatura ambiente es muy elevada o bien porque los mecanismos de eliminación de calor, com la sudoración o la respiración no funcionan correctamente, aunque lo más normal es que se produzca por la combinación de estos tres factores.
Si se es testigo de un golpe de calor, lo primero que hay que hacer es llevar a la persona afectada a un lugar fresco y fuera del alcance del sol. Si sufre convulsiones o se siente confundido es importante trasladar rápidamente a la persona en cuestión hasta un centro sanitario. Con el fin de bajar la temperatura interna del cuerpo es de gran ayuda aplicar compresas frías en la zona de la cabeza, tórax, axilas, brazos y muslos. Si la persona está consciente se le puede administrar agua u otros preparados, como bebidas isotónicas, a temperatura ambiente. En el caso de que el paciente presente un estado de «shock» ya será necesario administrar suero por vía venosa.
