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Cullera detecta un cambio de tendencia en el turismo tras años de estancamiento

El mejor julio de la crisis y las expectativas de agosto atisban un punto de inflexión que amenaza incluso la hegemonía de Gandia en la costa valenciana

Cullera detecta un cambio de tendencia en el turismo tras años de estancamiento

El turismo de Cullera parece moverse tras años de crisis y un estancamiento que parecía permanente. El principal sector económico de la capital costera de la Ribera parece haber frenado su particular caída y empieza a resurgir de sus propias cenizas.

Una imagen vale más que mil palabras. La estampa de mediados de mes, con una ciudad prácticamente colapsada de visitantes sirve como epitafio a un ciclo decreciente y parece inaugurar un tiempo nuevo, explican fuentes conocedoras del sector turísticos local. Como muestra un botón: No quedó ni una plaza libre en los aparcamientos locales pese a que se habilitaron 1.400 más de las habituales por la celebración del festival Medusa. «No recordábamos nada parecido», era ayer el comentario más generalizado entre los vecinos..

El mejor mes de julio desde que comenzó la crisis y unas previsiones también históricas para este mes de agosto han permitido levantar los ánimos de una ciudad que parecía resignada a convivir exclusivamente con un modelo turístico de segunda residencia, no pocas veces cuestionado.

Una marca que se oxigena

El Medusa Sun Beach Festival —que ya se celebró en un formato más reducido el año pasado— ha supuesto un punto de inflexión. Sólo este evento ha logrado atraer a 67.000 visitantes y dejó un impacto económico de tres millones de euros, pero sobre todo, ha contribuido a cambiar la imagen de una ciudad que ha resonado en toda España y también en medios internacionales como un destino joven y de ocio. Además, el alcalde, Jordi Mayor, aseguró en la presentación del Medusa que van a intentar convertirlo en el mejor festival de música de España.

Una promoción que ha caído como el maná para una marca turística que necesitaba oxigenarse. Y el esfuerzo empieza a dar frutos. «Hemos tenido a mucho visitante que estaba en destinos cercanos y se ha acercado a ver qué ocurría en Cullera y nos ha dicho que a la próxima vendrá aquí», explican los responsables de la política turística municipal.

Referente de ocio

Y es que Cullera parece decidida a convertirse en el nuevo referente turístico y de ocio de la Comunitat Valenciana, consciente como es de que sólo el desarrollo de su industria turística le permitirá salir del agujero.

A esto se unen los buenos datos que, por el momento arroja el mejor verano desde que comenzó la crisis en 2008. La ocupación el pasado mes de julio superó en casi 12 puntos a la del pasado año y a falta de los datos oficiales, la primera quincena de agosto se presume bastante mejor.

También el potencial de nuevos atractivos turísticos se pone a prueba estos días. Los responsables de la política turística están decididos a explotar los atractivos del barrio del Pou, de origen musulmán que puede ser clave para atraer visitantes durante todo el año y de cuyo abandono y capacidad para convertirse en polo de atracción dio cuenta Levante-EMV este domingo.

El mercado andalusí que se celebró en sus callejuelas recientemente resultó ser un éxito de asistencia y una experiencia que señaló un camino que puede llevar a la ansiada desestacionalización a la, que, según los expertos tiene que caminar el sector turístico de la ciudad.

Hay consenso entre todos los sectores implicados en que es crucial encontrar nuevas fórmulas que ayuden a la dinamización del turismo en los destinos litorales, como Cullera, una ciudad que cuenta con suficientes recursos para reactivar el turismo.

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