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Un verano muy caliente pero con poco fuego

La superficie forestal afectada en la Ribera se reduce a mínimos tras las 60 ha de 2014 al salvar los meses más peligrosos sin ningún gran incendio

Un verano muy caliente pero con poco fuego

El pequeño incendio provocado por un rayo en las montañas de la Casella de Alzira despidió el lunes el mes de agosto y, con él, la etapa más peligrosa de un verano más cálido de lo normal -las intensas precipitaciones de esta semana parecen haber alejado el riesgo- y asfixiante por momentos durante el mes de julio, que la Ribera ha salvado sin incendios forestales de consideración y con una superficie mínima afectada por el fuego. De hecho, el incendio con tres focos que se declaró el viernes 17 de julio en el río Albaida supuestamente provocado por un pirómano, que amenazó los parajes naturales de les Salines de Manuel y la Font Amarga de Villanueva de Castellón, ha sido el más grave del verano. El fuego arrasó esa tarde 1,5 hectáreas de suelo forestal en el paraje castellonense del Terrer Roig y otras seis de campos de cultivo, muchos de ellos abandonados, y barrancos, según la estimación del Consorcio de Bomberos. Fue además el último incendio de una sucesión de quince registrados en el entorno de Manuel en apenas cinco días, lo que provocó que se intensificara la vigilancia en la zona.

Aunque oficialmente los cauces de ríos y barrancos también computan como terreno forestal, y es cierto que se ha prendido fuego como otros veranos en cañaverales del Xúquer, el Albaida o el Magro, la superficie de monte afectada por incendios en los últimos tres meses en la Ribera es afortunadamente muy reducida y queda muy lejos de las más de 60 hectáreas que ardieron el año pasado.

La caída de rayos ha provocado desde el pasado 1 de junio otros pequeños focos como los registrados junto al paraje del Tello en Llombai, al menos un par en Montserrat o el del 31 de agosto en la Casella, aunque la rápida intervención de los servicios de emergencia permitió que la superficie afectada quedara reducida a unos pocos cientos y, en algún caso, decenas de metros cuadrados. Con todo, el Consorcio Provincial de Bomberos computa alrededor de 135 salidas desde el 1 de junio en la Ribera para sofocar fuegos detectados en márgenes de carreteras, cañaverales de barrancos y cauces fluviales y campos abandonados que propician una rápida propagación de las llamas.

Desde el parque comarcal de Alzira han confirmado que, al margen de estas salidas, que definieron como el «día a día normal» en esta época del año, se trata del verano más tranquilo de los últimos años en materia de incendios forestales en la Ribera, aunque diferentes profesionales de los servicios de extinción coincidieron en señalar que el verano no ha finalizado y que no se puede bajar la guardia.

Incluso algunos señalaron que tormentas como la que el lunes provocó el percance en una zona de difícil acceso de la Casella pueden ser la causa de un incendio que se detecta varios días después producto de un rayo latente. Con todo, la superficie afectada este verano es muy similar a la de 2013, en la que se computaron 2,5 hectáreas. Incendios forestales como el que se registró en la partida del Castellet de Llombai, con 20 hectáreas, dispararon el año pasado (2014) la superficie quemada.

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