Cuatro ingenieros agrícolas y forestales de Carlet y Alberic fundaron hace una década la compañía Paimed, una empresa dedicada al sector medioambiental con base en la comarca de la Ribera que vio en la jardinería vertical una alternativa comercial interesante. «Queríamos dedicarnos la jardinería pero abordando otras perspectivas más técnicas», relata uno de los socios, Paco Pérez.
Un vergel saludable
Esta tipología de jardín sirve para decorar espacios de interior y exterior aunque aportan muchos otros beneficios, explica Pérez. «Mejoran la calidad del aire y aumentan el nivel de oxígeno en espacios cerrados, contribuyen al aislamiento térmico y acústico y en el caso de los jardines de exterior amortiguan el efecto de las lluvias torrenciales». La empresa de Carlet creció y empezó a dedicarse también a la jardinería de uso público y a las obras ambientales lo que consiguió captar la confianza de un grupo mayor llamado «Projar», con el que se acabó aliando. Explica el responsable de la empresa que actualmente están trabajando en un proyecto en Portugal, concretamente se están dedicando a «evitar el impacto visual negativo que supone una central hidroeléctrica en un entorno natural idílico que es además una reserva de lobos», detalla. Para ello se están encargando de regenerar los taludes existentes en el terreno.
En Tous también consiguieron algo parecido hace unos años, «adecuamos el entorno de la presa, pasamos casi dos años trabajando en este proyecto», recuerda el técnico. La jardinería es para ellos algo más que un trabajo, es una pasión. «Cuando aplicamos nuestros conocimientos a un hotel, por ejemplo, «aportamos un valor diferenciador porque mejoramos la calidad ambiental y proporcionamos a la empresa un carácter innovador y sostenible». El viernes esta empresa de Carlet participó en una iniciativa comercial en su municipio donde además se plantearon un reto. «Conseguir la restauración del paraje de Matamón, gravemente afectado tras el incendio a que afectó a varias poblaciones de la comarca en 2012». Para ello colocaron una urna donde cada donativo sería gratificado con una planta y el importe total recaudado se destinaría a la reforestación del área. Pérez elaboró un proyecto de restauración para desarrollar en varias fases. A través de esta iniciativa pretenden aprovechar el entusiasmo de la gente por querer repoblar la zona después de que en 20 años se haya quemado tres veces. Después de un incendio es necesario dejar pasar un tiempo antes de actuar. Ahora ya se pueda acometer la reforestación de las zonas más afectadas.
