La empresa que trabaja en la restauración de la cúpula de la iglesia de Sumacàrcer, que el pasado mes de julio sufrió el desprendimiento de las tejas de cerámica vidriada que la recubrían como consecuencia de las altas temperaturas, ha empezado a montar esta semana las nuevas tejas, de un color azul algo más oscuro, y está previsto que los trabajos concluyan al final de mes, según señaló ayer el párroco, Salvador Romero. Por su parte, la parroquia aprovechará las tejas originales que se han retirado, del siglo XVIII, para abrir una nueva vía de financiación de una reparación que se elevará a los 82.000 euros. En concreto, está previsto repartir las tejas entre los fieles y los vecinos a cambio de un donativo.
El párroco comentó que era una de las ideas que se habían barajado y que, al llegar a los oídos de los vecinos, ha tenido una gran aceptación. «La gente tiene la ilusión de tenerlas como recuerdo, son las originales y tienen un valor sentimental», comentó el párroco. Con todo, Salvador Navarro recordó que se ha solicitado a la Diputación de Valencia una subvención en la línea de ayudas para actuaciones urgentes y se está a la espera de una respuesta. Se trata de la primera vía que se pretende agotar antes de buscar otras iniciativas que ayuden a recaudar fondos.
Por otra parte, Navarro comentó que las precipitaciones de principios de mes no han causado daños en el interior de la cúpula ya que, según dijo, el nuevo armazón ya se había realizado y ha evitado que se produjeran las temidas filtraciones. Éste era precisamente uno de los temores de la parroquia después del desprendimiento parcial de tejas aunque, finalmente, se decidió que el proyecto de restauración abarcara toda la cúpula.
Esta semana han empezado a colocarse las nuevas tejas que, según el párroco, presentan un color azul más oscuro y apuntó como otra novedad que se montarán en blanco las estrías que antes tenían color oro debido a que éste resulta más caro.
