El Partido Popular está sufriendo una dura transformación en la mayoría de las localidades, a nivel comarcal y también en las estructuras autonómicas. Sólo el Gobierno central parece amarrado en el tiempo y reacio a adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad, aunque se ha introducido a gente joven como Maroto, Levy o Casado. Algunos de los representantes locales del partido de la gaviota defienden, sin embargo, que no se están emprendiendo todas las modificaciones que se deberían acometer tras el batacazo electoral del pasado mes de mayo y que la democracia interna del partido sigue teniendo muchos puntos que mejorar, con demasiado peso para la sustitución des cargos mediante «dedazos».
Ante el inmovilismo demostrado en algunos pueblos, muchos fueron representantes abandonaron la formación antes de las elecciones (integrándose mayoritariamente en otro partido «de moda» como Ciudadanos) mientras otros son los que están dejando el PP tras los comicios, por diferentes circunstancias. Elocuente está siendo la situación que se está viviendo en Antella, donde es ya normal asistir a un pleno municipal y encontrar que la oposición cuenta con un representante e incluso ninguno. A la última sesión acudió por parte del PP solamente Francisco Manuel Cháfer Segura, quien además se presentó con el único objetivo de que el pleno aceptase su dimisión como edil.
Es el segundo de la presente legislatura a pesar de que lleva en pie pocos meses. Tras no poder formar gobierno, el número tres en la lista del PP decidió no recoger su acta de concejal, permitiendo la entrada al cinco. En la actualidad, el ayuntamiento de Antella está dirigido por Amparo Estarlich. La socialista pudo continuar con su mandato tras renovar las izquierdas la confianza de la ciudadanía, con un pacto con Gent d'Antella Unida que le dará la alcaldía a Emília Ortiz en 2017.
Situación judicial
La renuncia de Cháfer permitirá la entrada (si no decide lo contrario) de Abraham Pascual. El hecho es que son contadas las ocasiones (asiduos a los plenos hablan de una o dos veces en el último año) en las que se ha podido ver en el pleno a todos los concejales que el PP tiene en el consistorio. Lo normal es que sólo acuda uno o dos. En la sesión de investidura que permitió erigirse de nuevo como alcaldesa a Amparo Estarlich acudieron los cuatro representantes pero la ex primera edil María Isabel Giménez y el número dos, Vicente Benet, abandonaron el pleno tras leer un largo escrito de crítica al equipo de gobierno.
Según ha podido saber este periódico, Giménez considera que la hora a la que se organizan las sesiones plenarias son «antidemocráticas». Los plenos se celebran en la actualidad los miércoles a las 19 horas, mientras durante su mandato se dio alguna ocasión en la que se celebró una sesión en día laborable a las 9:30 horas, con las protestas de la oposición sin tener eco.
La situación de Giménez ante el comité comarcal y provincial es delicada tras estimar recientemente la Audiencia los recursos de apelación interpuestos por un afectado en la causa y por el Ayuntamiento de Antella. La juez mantiene imputada por prevaricación a la exprimera edil por supuesto trato de favor a su marido tanto en la concesión del chiringuito del Assut como por la contratación de su cónyuge como capataz del ayuntamiento en unos programas de promoción del empleo a pesar de que no estaba en paro.
