El tradicional cirio de cera está desapareciendo progresivamente de las procesiones en algunos municipios. Sanciones de hasta 750 euros como las que contempla la ordenanza de limpieza urbana del Ayuntamiento de Alzira, que en una modificación aprobada hace tres años incluyó la obligación de utilizar tulipas que eviten que la cera derretida caiga en la vía pública -se recomendaba incluso recurrir a cirios eléctricos como alternativa- son un buen argumento para dejar de utilizarlo. La Feria del Cofrade que Alzira acoge hasta mañana domingo en el marco del Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías de Semana Santa reúne todas las posibilidades que ofrece el mercado. Desde los cirios eléctricos en los que se ha adaptado la tecnología led, a los de cera líquida, más extendidos, que no desprenden humos, ni olores, ni tampoco gotean.
La empresa Llumesti, de Sa Pobla (Mallorca) es una auténtica experta en este tipo de cirios. Es la única que fabrica en España unos recambios de cera líquida en una especie de cartuchos de aluminio que se acoplan al cirio y que tienen una duración de ocho horas, según explica Toni Canaves, que destaca que la cera líquida no sólo no gotea ni huele, sino que también permite regular la llama, reduce el riesgo de incendio y es difícil que el viento pueda apagarla. Según explica Canaves, sólo en Sevilla siguen utilizando de forma mayoritaria los cirios de cera convencionales.
Una cerería valenciana, en concreto de Tavernes Blanques, también incluye en su oferta de productos los cirios de cera líquida junto a otros eléctricos en los que ha incorporado leds en sustitución de las bombillas convencionales. El gerente de la cerería Virgen de los Desamparados, Juan José Felipo, explicaba ayer que un cirio con led a pilas puede permanecer encendido «quince días y quince noches» de forma consecutiva, lo que se traduce en varios años de procesiones. No obstante, la gran novedad que esta firma presenta en la feria es una candelaria para pasos y andas con dieciséis luces led alimentada por una batería «tipo móvil» que ofrece una autonomía de tres o cuatro horas, según explicó Juan José Felipo, mientras detallaba que normalmente las cofradías alimentan la iluminación de los pasos con baterías de coche «que tienen que cambiar a mitad procesión».
La Feria del Cofrade permite constatar que en torno a las hermandades hay todo un mundo desconocido para los profanos. La empresa de Albacete Pripimar, un fabricante de artículos religiosos con un catálogo amplísimo, promociona en este certamen la almohadilla neumática para costaleros, un producto exclusivo de esta firma que protege el hombro a los portadores de los pasos al compensar el peso en función de las diferentes alturas o de los desniveles que se puedan encontrar durante una procesión, según explica Manuel Blasco, comercial en la zona de levante. El funcionamiento parte de un circuito cerrado y unas almohadillas dotadas de cámaras huecas rellenas de aire que pasa de unas a otras en función de la presión que ejerce cada costalero.
Otra de las curiosidades que se presentan en la feria son los bordados de la firma de Ontinyent Barber resistentes a la lluvia. De sus talleres han salido tres mantos para la Virgen de Covadonga. Según explica, no se conciben para que se procesione cuando llueve «sino para que no se tenga que salir corriendo. Si te coge un chaparrón, que se puedan proteger las imágenes que son lo importante y que por el bordado no se preocupen», comenta Juanjo Barber. Lo dicho, todo un mundo.
