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Goteo constante de cierres en un sector clave de la economía ribereña

La citricultura, sostén del empleo en la comarca durante décadas, amenaza ahora con convertirse en residual

La industria agroalimentaria de la Ribera ha entrado en declive. La pasada primavera también cerró sus puertas el almacén de Frutas Ponche en Corbera y durante estos años ha habido un goteo constante de empresas que han cesado su actividad.

En las últimas décadas han desparecido alrededor de seis almacenes en Cullera, entre ellos Frutas Aragó y los almacenes de Costeta, Cavanilles o el de Nicola. Hoy en día quedan Eco Ribera y Frutas Botanch. En Sueca, el cierre de Pascual Hermanos a finales de los 90 ya marcó todo un punto y aparte. Hoy en día, sobrevive Frutas Morell, que emplea a menos de 40 trabajadores. En Corbera, otro de los grandes almacenes frutícolas que sobrevivían, Frutas Ber, también bajó la persiana hace dos años y así más de una decena de ellos.

Uno de los grandes de la Ribera

Frutsol era uno de los grandes almacenes de la comarca y, ahora que ha cerrado sus puertas, sólo queda Greenmed como principal representante del sector hortofrutícola, al emplear a unos 700 trabajadores.

Desde UGT calculan que en estos años habrán cerrado entre 10 y 15 almacenes en la Ribera Baixa, pero la cifra que apuntan otras fuentes es incluso más elevada.

Las plantillas estaban compuestas principalmente por trabajadores ya mayores que, en algunos casos, se han jubilado y, en otros, han sida recolocados en empresas del sector pero en otras comarcas. El sector citrícola, que tradicionalmente había sido clave para el sostén de la economía de la comarca, ahora amenaza con convertirse en residual.

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