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Los arroceros sostienen que la quema de la paja también beneficia a l'Albufera

El fuego evita que la putrefacción de los rastrojos contamine el agua y perjudique la pesca del lago

Los arroceros sostienen que la quema de la paja también beneficia a l'Albufera

En Sueca se están llevando a cabo quemas controladas de la paja del arroz en las zonas autorizadas para ello, previa comunicación al Consell Agrari Municipal. Igual que el año pasado, el ente agrícola está realizando un censo que hace constar el nombre y teléfono del propietario o responsable de la parcela y el polígono donde se ubica para coordinar el control del fuego a través del servicio de guardas rurales. De momento se está llevando a cabo de manera ordenada y tranquila.

La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, ha permitido la quema en aquellas zonas donde han proliferado en los últimos años la pyricularia orizae, hongos, y desde hace un par de años la nueva planta invasora leersia orizoides. La medida, que es totalmente voluntaria, está permitida en aquellos polígonos donde la presencia de estas plagas es mucho más importante que en otros sitios. Con la quema de la paja se evita su putrefacción durante el invierno cuando se inundan los arrozales, y en consecuencia, fenómenos de anoxia y «aguas negras» que provocan una alta mortandad de peces.

La iniciativa se instauró el año pasado, como una prueba piloto, y «resultó muy exitosa, ya que hasta los pescadores del Palmar felicitaron a los arroceros porque habían notado una mejora en la calidad del agua de l'Albufera, en sus rendimientos de pesca y en la calidad de los ejemplares», explica Juan Meseguer, arrocero y delegado de AVA-ASAJA en Sueca.

«Si los arroceros quemamos la paja, evitamos que se pudra y esto contribuye a aumentar la calidad del agua que llega a l'Albufera», añade Juan Meseguer sobre la iniciativa, que ha sido bien recibida entre los agricultores suecanos. «No tenemos demasiada agua, pero por lo menos la que llegue que lo haga en las mejores condiciones para no perjudicar ni a las poblaciones del entorno de l'Albufera ni al sector de la pesca», apunta el representante de AVA.

Meseguer, como otros arroceros, considera que se trata de una práctica «muy positiva» y dice estar convencido de que, si se mantiene, «en un corto período de tiempo se notará en todos los aspectos».

Entre los efectos inmediatos, figura la reducción del uso de productos fitosanitarios. La quema sirve como medida purificadora, ya que mata las semillas de las plantas competitivas al cultivo del arroz, «con lo cual, necesariamente, el año que viene se realizará menos gasto en herbicidas porque habrá menos plantas que combatir», argumenta. «Si las controlamos, tanto durante la fase del cultivo, como después en la quema, seguro que necesitaremos echar mano de menos productos químicos a la tierra y al parque natural», concluye.

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