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Desagravio artístico a Josep Francés

Diego Gómez lleva al salón de plenos el cuadro de Alzira que provocó la polémica del artista con Bastidas

Desagravio artístico a Josep Francés museu municipal d'Alzira

El alcalde de Alzira, Diego Gómez, ha enmendado un agravio artístico de su antecesora. El cuadro que en el año 2009 pintó Josep Francés para el ayuntamiento y que acabó regalando y relegado a una sala de reuniones tras la polémica que mantuvo con la entonces alcaldesa, Elena Bastidas, ha recalado finalmente en el salón de sesiones, junto a la foto del rey Felipe VI, en la pared para la que había sido diseñada una obra de 4,15 metros de longitud por 1,15 de altura, que lleva por título «Alzira, al cor».

El cuadro fue trasladado por orden del alcalde y las personas que el miércoles asistieron a la asamblea ciudadana lo pudieron contemplar por primera vez en el nuevo emplazamiento. El primer sorprendido fue el propio autor, que tuvo conocimiento ese mismo miércoles del traslado por una llamada del director del Museu Municipal y aseguró no haber movido ni un dedo para ello -dijo que ni siquiera conocía al nuevo alcalde-, aunque se mostraba satisfecho al recordar que «el cuadro se hizo para estar ahí». El reconocido pintor recordó que acabó donando el cuadro al ayuntamiento al considerar que no tenía sentido que se quedara en su estudio. «Los políticos cambian pero lo que queda es el patrimonio y quise que estuviera en el ayuntamiento. Si no, hubiera sido una segunda injusticia», se limitó a comentar, mientras señalaba que no tenía ninguna intención de reabrir la polémica.

El alcalde de Alzira, por su parte, enmarcó el traslado en una serie de cambios que ha realizado en varias dependencias, incluido su despacho, en el que ha sustituido una obra de Ripollés por otra de Enric Solves, con la que dijo identificarse más. Diego Gómez comentó que tenía conocimiento de que el cuadro de Francés se había encargado para el salón noble y que por eso había decidido que se exhibiera allí.

El artista realizó esta composición para mostrar una panorámica de Alzira que, en realidad, sólo se puede contemplar desde diferentes perspectivas. Francés defendió en su momento que había recibido el encargo del ayuntamiento y que pactó un precio de 12.000 euros. Según su versión,el trabajo debía ser presentado en diciembre de 2009 pero cuando ya estaba acabado, la alcaldesa cambió de opinión, lo que provocó la protesta pública de Francés, mientras Bastidas afirmaba que ni siquiera había encargado el cuadro. La polémica paralizó la compra y el pintor decidió donar la obra un año después con discreción.

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