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ICFC duplica su facturación en 4 años al alcanzar los 100 millones

La empresa alcireña también prevé batir otro récord con la comercialización de 70 millones de litros de helado este año El 70 % de la producción se dedica a la exportación

ICFC duplica su facturación en 4 años al alcanzar los 100 millones

La empresa heladera Ice Cream Factory Comaker, heredera de la antigua Avidesa, prevé cerrar el año con una facturación récord de cien millones de euros, lo que supone duplicar el volumen de negocio que tenía hace escamente cuatro años, según los datos facilitados por el director general de la compañía, Guillermo Lamsfus, en la asamblea celebrada el martes para explicar a la plantilla la inversión de más de 25 millones de euros que la dirección ha decidido realizar en la planta de Alzira con el reto de convertir a ICFC en uno de los tres fabricantes de helado más importantes de Europa. Ice Cream alcanzó en 2014 una facturación de 95 millones de euros tras comercializar 65 millones de litros de helado, cifras que superará este año ya que prevé cerrar el ejercicio con una producción de 70 millones de litros y una facturación de cien millones.

Lamsfus detalló en declaraciones a Levante-EMV que un 70 % del volumen de negocio corresponde a mercados exteriores mientras que el 30 % restante es producto de las ventas en el mercado español. Cabe recordar que la empresa heladera exporta a unas veintena de países de cuatro continentes y, según comentó el director general, intenta en estos momentos entrar en Estados Unidos.

Guillermo Lamsfus detalló que la instalación de las dos nuevas líneas que contempla la ampliación permitirá a aumentar la capacidad de producción a más de 4,5 millones de unidades de helado diarias, pero evitó concretar las perspectivas de crecimiento en volumen de negocio. «Ahora se trata de consolidar lo que tenemos y no nos hemos puesto un objetivo cuantitativo para los próximos dos años», indicó el director general, mientras señalaba que el objetivo es «ser capac es de introducir las nuevas gamas de productos» que, según auguró, «tienen mucho futuro en los clientes existentes».

Alrededor de once millones de euros de los más de 25 que se invertirán en los próximos meses en la planta de Alzira se destinarán a instalar la mayor línea de fabricación de conos de Europa, que tendrá capacidad para producir 55.000 conos a la hora -casi tres veces más que la máquina que se utiliza en estos momentos y será además un cono más pequeño- y una segunda línea de un helado «tipo pirulo» que podrá lanzar 18.000 piezas a la hora. La empresa estima que la ampliación permitirá generar alrededor de setenta puestos de trabajo. Según expuso, se trata de dos gamas de producto que actualmente no tiene ICFC y no dudó en señalar que el objetivo es convertir la empresa «en el Zara de los helados» de forma que cualquier gran cliente europeo pueda encontrar en la oferta de Ice Cream toda la gama de productos que hay en el mercado.

Guillermo Lamsfus destacó que «la confianza de los clientes ha sido absolutamente clave en esta historia de crecimiento» -cabe recordar que Ice Cream está especializada en fabricar helado con la marca del distribuidor- y señaló como un reto construir la fábrica del siglo XXI. «Tenemos que ser capaces de tomar la fábrica de nuestros padres y abuelos y crear la fábrica de nuestros hijos y nietos», indicó.

La inversión que se dispone a realizar la empresa es incluso superior a la efectuada cuando en 2003 transformó la antigua fábrica que vendió Nestlé al que había sido su director general en Alzira. Guillermo Lamsfus cifró en 70 millones de euros la inversión realizada desde entonces y de forma progresiva con el objeto de mantener la factoría de Alzira como una de las más modernas del sector, que ahora se complementarán con otros «26 o 27 millones».

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