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La riada que marcó nuestras vidas

El martes se cumplen 33 años del desmoronamiento de la presa de Tous que inundó la Ribera

­El próximo martes, 20 de octubre, se cumplirán 33 años de la catástrofe más grave ocurrida en la Ribera del Xúquer en el siglo XX; el desmoronamiento de la presa de Tous y la inundación del territorio, lo que vino en llamarse «Pantanada de Tous».

«¡Oh Júcar rugiente! Que arrasaste todo, cubriendo de fango todos los pueblos; que sembraste luto y terror el pasar, arrastrando enseres y ganado al mar, que segaste vidas de seres queridos, siendo por tus aguas ellos sorprendidos. ¡Oh Júcar bravío!, violento e inmundo, autor de desastres y dolor profundo. Oh Júcar, que eres fuente de riqueza, y ahora sembraste miseria y tristeza. Mortífero Júcar que azotaste el campo, desatando furias, produciendo espanto. La vasta Ribera toda fue anegada; sus naranjos rotos. No ha quedado nada. Muchos industriales han sido afectados; sus fábricas sufren tremendos estragos; nada se ha salvado del comercio activo. Con la gran riada todo se ha perdido. La mayor crecida llegó por sorpresa; el pantano embravecido, con el agua a punto de saltar por encima de la presa... y sigue lloviendo y el agua venció. Aquel muro inmenso pronto erosionó. Allá en Sumarcàrcer, sus fértiles huertos, por arena y grava quedaron cubiertos. En Alberic, evacuen, dijeron; mucha es la cuantía de daños causados: 300 hogares fueron afectados. Se viven en Alzira amargos momentos, con largos colas en pos de alimentos. Allí, en la Avenida de los Santos Patronos, seis metros de altura el agua alcanzó, desde que el Rey don Jaime llegó de Aragón, 22 riadas esta zona sufrió. El rey y la reina a Alzira vinieron y el pueblo se lo agradecieron; también llegó el Papa al ver tanto mal, orando en Alzira con voz paternal. ¡Oh Júcar rugiente! Que arrasaste todo, cubriendo tus pueblos de fango y de lodo». Era un escrito de aquellos días, de Abilio Muñoz Plaza, teniente de la Guardia Civil del Puesto de Alberic.

Son imborrables los recuerdos de hace más de tres décadas, las «vivencias» en aquellos días del personal de Radio Alzira. La película de los «actores» de la emisora, el personal de servicio en el miércoles 20 de octubre de 1982, da comienzo hacia las seis de la mañana de tan fatídico día. Con el responsable de la emisora, Alfonso Rovira, aquel día se hallaban en los estudios, prestando servicio, Bernardo Clari, Vicente Lloret, Maruja Lacroix, Carmen Morales, Macario Riera, María Amparo Juan, Nardi España, Laureano García y Tomás Ferrer. A las cinco y treinta y cuatro minutos, en un informativo de alcance, dábamos a conocer cómo se iba agravando la situación.

Faltaban diez minutos para las seis de la tarde, cuando se produjo el corte de energía eléctrica que dejó en silencio nuestro medio de comunicación. En aquellos momentos estábamos en comunicación directa con Andrés Valls, nuestro corresponsal en Carcaixent. Las instalaciones de Hidroeléctrica en la carretera de Alberic, quedaron inundadas por las aguas, provocando un incendio.

No había transcurrido mucho tiempo, cuando el que suscribe, escuchaba la transmisión de un mensaje del teniente de la Guardia Civil, Manuel Martín, del puesto de Carlet, a pie de la presa de Tous, quien comunicaba textualmente: «en estos momentos revienta la presa». Conscientes de la gravedad de la situación, sin poder emitir a falta de energía, ordené el personal de servicio que se marchara a reunirse con su familia y tomara las decisiones pertinentes. Eran las seis y media de la tarde cuando con la unidad móvil abandonamos los estudios para establecernos en el centro emisor en l'Alquerieta, dejando en el estudio al redactor Bernardo Clari, con la intención de regresar, cosa que no sucedió. Las aguas rápidamente se enseñorearon por toda La Ribera.

Gracias a la buena disposición y profesionalidad del Manuel García, capataz de Hidroeléctrica, a las nueve de la mañana del viernes 22, consiguió darnos servicio a través de la subestación de Gandia, pudiendo, en estado de emergencia, salir al aire con los escasos medios de que disponíamos. A media mañana con un helicóptero, fletado por Radio Valencia, nos enviaron un grupo electrógeno que suplió los cortes de energía.

Alzira era una ciudad devastada; barro y escombros por todas partes a causa de las terribles inundaciones del miércoles 20 de octubre. De pronto se produce un hecho inesperado; el Papa Juan Pablo II, modifica su programa y se presenta en el epicentro del desastre. En la Muntanyeta del Salvador, en el Santuario de la Virgen de Lluch, patrona de Alzira, las gentes sonrieron por primera vez. Había llegado el Papa y con él el primer rayo de esperanza. Los trabajos llevados a cabo por el personal de Radio Alzira, Bernardo Clari; Miguel Ángel Picornell, de Radio Gandia; Laureano García y el que suscribe, para la transmisión de la visita del Papa a Alzira, con escasos medios técnicos, merecieron la felicitación del entonces director general de la Cadena SER, Eugenio Fontán.

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