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Fallece la argentina que visitó Sumacàrcer en busca de sus raíces

Josefa García González muere con 95 años, pocos meses después de conocer la Ribera, donde nació su padre

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A los noventa y cinco años de edad esta semana falleció Josefa García González, una argentina que el año pasado volvió a Sumacàrcer, el pueblo originario desde donde salió su padre a Argentina y ya nunca volvió. El fallecimiento de la «ribereña de adopción» lo anunció a través de las redes sociales Javier Témoli, el joven que la acompañó en su odisea desde tierras albicelestes hasta las valencianas. Recibió el pésame de numerosos sumacarcelinos que pudieron conocer a la anciana, que visitó Sumacàrcer con noventa y cuatro años, asumiendo un viaje de más de 10.000 kilómetros con el único objetivo de conocer sus orígenes. «Tuviste proyectos hasta el último día, viviste humildemente y sin derrochar una gota de agua, un gramo de gas, luz o comida, supiste que la felicidad no está en la abundancia y llegaste a los 95 años como pocas personas lo logran. Siempre con una sonrisa y algún chiste ácido te voy a recordar, siempre independiente, tomando tus decisiones y eligiendo tu camino, entusiasta, inquieta y luchadora, tal vez también testaruda, terca y cabeza dura pero estoy seguro que disfrutando de las cosas simples de la vida», escribió su joven compañero de viaje, al que conoció cuando ejerció como niñera durante años.

La anciana, después de varios intentos, pudo coordinar el viaje y se subió al avión en Buenos Aires para aterrizar en Madrid muchas horas después. Gracias a las indicaciones de Témoli se sumaron a un tour que desde la capital española pasó por Sevilla, Córdoba, Granada, Alicante y Valencia, donde alquilaron un coche y se lanzaron a la búsqueda de Sumacàrcer. Ya allí enseñaron las imágenes en un bar y a partir de ahí empezó a tomar forma la historia.

«Después de criar a todos los hijos, mi padre quiso venirse hacia Sumacàrcer y cuando estaban tramitándose los papeles para la vuelta, de la misma emoción, falleció», relataba García. Su progenitor tenía cuatro hermanos, de los que dos también viajaron a Argentina. Además, tuvo, junto a Teresa González Vicent, también de Sumacàrcer, ocho descendientes. Josefa era la última de los ocho hermanos que tuvo la pareja, cuatro en tierras ribereñas y cuatro ya en Argentina, exactamente en el norte de la Patagonia, en Neuquén.

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