La industria hortofrutícola de la Ribera ha perdido 8.000 empleos en los últimos cuatro años como consecuencia del cierre de almacenes y cooperativas y por la práctica que se ha extendido en el sector de sustituir empleo estable por contrataciones a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), según la estimación que ayer realizó el secretario comarcal de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de UGT, Robert Barberà.
Un centenar de delegados se dieron cita en la décima asamblea del sindicato comarcal, celebrada en Alzira, en la que Barberà cargó contra los «abusos» de las ETT y anunció que en esta nueva campaña, por primera vez, el sindicato y las autoridades laborales se coordinarán para combatir lo que no dudó en calificar como «una lacra para el sector». «Todas las empresas tienen un volumen de mano de obra y si en todas las campañas tienen contratadas a 500 personas pero el comercio sólo tiene en su nómina a cien, hay 400 en un limbo laboral por decirlo de algún modo que son las ETT», señaló Barberà, mientras anunciaba que cruzando datos de los sindicatos y la Administración -«Seguridad Social y demás», apuntó- se va a poder detectar «los casos más flagrantes para ir actuando contra de esa práctica».
El secretario comarcal de Fitag-UGT comentó que, en teoría, las ETT «sólo tendrían que cubrir períodos máximos de actividad, es decir, momentos puntuales en los que la plantilla normal de un comercio no dé abasto, pero desde hace ocho o nueve campañas muchas empresas han cambiado su plantilla directa por contrataciones a través de ETT's, que en muchos casos no cumplen el convenio», advirtió.
La asamblea de Fitag que abre el curso sindical se celebraba poco después de cierres sonados como el de Frutsol en Sollana o previamente el de Crisbabe en Alberic, a los que hay que añadir los de Frutas Ponche, Hermanos Granero o la propia cooperativa de Alberic. «Los trabajadores están sufriendo las consecuencias de una mala gestión empresarial», expuso Robert Barberà, que no dudó en señalar que es motivo de alarma la situación en que quedan las plantillas de estas empresas. «Es un perfil de trabajador muy profesional, que han estado muchos años en la misma actividad y su recolocación va a ser muy dificultosa. Son trabajadores de cierta edad pero muy jóvenes para pensar en la jubilación y con un perfil curricular muy concreto en el sector agrario», relató Barberà.
El dirigente comarcal de Fitag señaló la acción de las ETT como otro de los factores que han contribuido a la destrucción de empleo en el sector y detalló que UGT, como firmante del convenio colectivo de «collidors», colaborará con la dirección general de Trabajo y la inspección para combatir las contrataciones irregulares. «No vamos en contra del trabajador de una ETT, vamos en contra de la contratación vía ETT. Es una mano de obra que le hace falta al comercio y debe ser contratada directamente por el comercio y las cooperativas, pero no lo hacen, y eso comporta que se vayan cambiando continuamente las plantillas, que no se aplique el convenio, ya sea el de recolección o almacenes, y están generando una competencia desleal entre las mismas empresas», expuso Barberà, mientras señalaba el aspecto salarial y la pérdida de derechos como principales abusos de las ETT. «A groso modo, el salario de este año son 10,14 euros por hora en los 'collidors', en jornadas de cinco horas, y muchas ETT pagan 20 euros por jornadas de ocho y nueve horas, tampoco están pagando los desplazamientos, kilometraje?», detalló.
Por otra parte, Barberà auguró una reducción de un 10 o un 15 % en la contratación de «collidors».
