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Sinfonía alcireña en Onda

Una delegacion de alcireños estrecha el hermanamiento con el municipio que ocultó la imagen de Sant Bernat durante la guerra civil El poema sinfónico de José Grau sonó allí

Sinfonía alcireña en Onda

Hermosa, hermosísima, una gozada la fiesta que el pasado domingo brindó Onda a sus patronos El Salvador, la Virgen de la Esparanza y Sant Roc. Al mismo tiempo, la fiesta estaba dedicada Sant Bernat d'Alzira, imagen-relicario de bronce que se salvó en Onda durante la más incivil de las guerras (1936-1939) gracias el alcireño Ramón Flor, que la envió a la ciudad de la Plana para que la conservara en su casa el ondense José María Llopico.

Tan hermosa fiesta comenzó a las 11.30 en la parroquia de la Asunción con una misa solemne concelebrada, que presidió el párroco Domingo Galindo, a la que asistía una representación de la archicofradía alcireña de los Santos Patronos, a cuyo frente figuraban los presidentes José Palacios y Consuelo Peris. Los alcireños fueron recibidos y atendidos por un grupo de ondenses, que los arroparon y acompañaron durante todo el día. Después de la asistencia a la eucaristía, por la tarde visitaron el cementerio municipal, donde descansan los restos de José María Llopico Gallén. Allí rezaron un responso. En la lápida de su nicho, de mármol blanco, figuran los escudos de Onda y Alzira y una inscripción del Ayuntamiento de Alzira.

A continuación se desplazaron a los locales de la Unió Musical Santa Cecilia, donde en la sala de audiciones hubo un lugar reservado para los alcireños que presenciaron el magno concierto de la Banda Simfònica Unió Musial d'Onda, dirigida por Daniel Gómez Asensio, en un concierto denominado «de Fira» en el que destacó entre las partituras a interpreta una grata sorpresa para los de Alzira: la obra «Xúquer», poema sinfónico descriptivo de la pantanada de Tous, del compositor alcireño José Grau. Nunca mejor programada esta partitura en el momento en que se hallaban en la sala personas que habían vivido hace 33 años la tragedia de cerca. Al terminar la interpretación, los alcireños puestos en pie aplaudieron al mismo tiempo que todos los presentes, lo que les valió el saludo personal del director.

Tras el concierto marcharon a la parroquia de La Asunción, donde a las ocho partía la procesión de los patronos de la ciudad. Los alcireños se integraron con el estandarte-guía de los patronos de Alzira, que fue portado durante la procesión por dos ondenses.

Impresionante fue el desfile procesional por las ancestrales y estrechas calles de la población cercanas a la parroquia. Al llegar a la plaza, como viene siendo tradicional, la banda interpretó el Himno a El Salvador, patrón de la villa, que cantaron al unísono todos los que desfilaban en la procesión y las miles de personas que llenaban la plaza.

Tras la solemne entrada en la parroquia de las imágenes patronales, el cura párroco dio las gracias a todos por su participación, en particular a los representantes de Alzira. Todos los asistentes, que llenaban las naves del templo, entonaron el Himno a El Salvador. Nadie se privó a entonar la letra, incluido Joaquín Alfredo Huget, alcalde de todos los ondenses. Gracias por atenciones recibidas del pueblo de Onda, hermanado con Alzira por lazos bernadinos.

En varias ocasiones hemos narrado la odisea del traslado de la imagen-relicario de Sant Bernat a Onda. Recordemos que la figura del mártir regresó a Alzira el 29 de mayo de 1939. La archicofradía que presidía Manuel Montagud, obsequió a la ciudad de Onda con una reliquia del santo de 18 cm. del peroné, el 22 de septiembre de 1942, en agradecimiento de haber salvado la imagen. El domingo 22 de octubre de 1962, el ayuntamiento de Alzira, que presidía Bernardo Andrés Bono, junto con la Junta Local Fallera, las falleras mayores y representantes de la archicofradía viajaron a Onda para hacer entrega de la donación. En aquella ocasión, Ramón Flor, primer teniente de alcalde de Alzira y principal artífice de la salvación de la imagen destacó: «La promesa ha quedado cumplida, Sant Bernat ya está en Onda».

Transcurridos tantos años, los dos pueblos aún ejercen el hermanamiento que comenzó a trabarse hace más de medio siglo.

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