La comarca ribereña es tierra de futbolistas de relumbrón pero, más que eso, sede de cientos de partidos base todos los fines de semana. Es por estos lares por donde corretean los jugadores de potentes academias. El Alberic Promeses se está convirtiendo, con el paso de los años, en una de las escuelas más destacadas del fútbol ribereño. Desde hace un par de temporadas está experimentando un crecimiento continuado que le ha llevado ya a estar compuesto por trece equipos de todas las edades y más de 230 jugadores. El crecimiento para la presente campaña ha sido del 15%, teniendo que verse la directiva obligada a cerrar determinados grupos por la avalancha de inscripciones y la imposibilidad de configurar más formaciones.
El club que preside Jordi Martínez y que comanda desde la dirección técnica Josep Vidal cuenta ya con un equipo querubín, dos prebenjamines, dos benjamines, dos alevines, un infantil, dos cadetes, dos juveniles y un amateur. Por lo tanto, se han creado este año varios conjuntos que han ayudado a configurar una preparación completa de los jóvenes, desde los primeros años (entre cuatro y cinco años) hasta la edad adulta. Y es que esa es una de las máximas de la entidad. El Alberic Promeses apuesta por la formación más completa de sus preparadores y la mayoría cuenta con estudios universitarios vinculados a la educación física y el deporte. Son además gente joven con importantes trayectorias en el mundo del fútbol, con experiencia contrastada. Cada equipo cuenta esta temporada con un entrenador titular y otro de refuerzo y la academia además se complementa con un entrenador de porteros y un masajista.
Los resultados no se han hecho esperar y el primer equipo cadete ya marcha colíder del Grupo V de la Primera Regional, mientras el Juvenil A se ha situado líder en solitario del Grupo V de la Segunda Regional tras ascender el año pasado desde la Tercera, en su primer año de formación en la escuela. Una escuela, la del Alberic Promeses, imparable en los últimos años.
