¿Qué queda del Alex Gadea que se crió en la Ribera?

Nací en Alzira, bueno en realidad nací en La Fe porque fuí sietemesino. Pero, vamos, que siempre hemos vivido aquí. Estudié en Algemesí, concretamente en Los Escolapios, aunque no acabé de integrarme muy bien en la escuela de curas y cuando estaba en 5º de EGB me pasaron al colegio Federico García Sanchiz. Después ya fui al IES JM Parra, fue allí donde experimenté mi primera toma de contacto con el teatro.

¿De ahí nació tu vocación?

Tenía 16 años, había repetido varios cursos y el teatro fue un descubrimiento para mí, una maravilla. Estaba estudiando la ESO e impartía la asignatura de teatro Francesc Campos. Recuerdo pensar cómo de afortunados debían ser aquellos que podían dedicarse profesionalmente al teatro. Al final lo planteé en mi casa y mis profesores me apoyaron. Así que a los 18 años me apunté a la Escuela del Actor en Valencia.

Y después decidiste probar en Madrid con Cristina Rota, la matriarca de los Botto.

Sí, fue una forma totalmente distinta de trabajar, empecé a tomar más contacto con la interpretación. A trabajar desde las emociones interiores.

¿Y dejaste Valencia?

Fuí a por todas y me quedé en Madrid. Compaginé mis estudios en la academia de Cristina Rota haciendo guardias en la funeraria de Alzira. Ese fue mi primer oficio. En realidad les debo mucho, les estoy muy agradecido. Se enrrollaron conmigo, sobre todo el jefe, Ángel Palomares y Toni Mármol, dos personas a las que les tengo gran afecto porque me permitieron ahorrar para invertirlo en mi formación.

¿Tu gente sigue estando aquí?

Tengo mis amigos de toda la vida en Alzira, cuando podemos quedamos para almorzar, eso no lo he perdido. Y a mi familia por supuesto. Suelo venir una vez al mes, ahora hacía dos que no regresaba y me parecía mucho. No pierdo el contacto, el cariño que me han demostrado en Alzira, para mi es lo más importante. Además, tengo el pase del Valencia CF, soy valencianista a tope, cuando regreso aquí intento que coincida con un partido en el que el equipo juegue en casa.

Tu paso por la Alqueria Blanca te convirtió en una de caras conocidas en la C.Valenciana.

Recuerdo mi paso por la serie como un regalo. Fue muy bonito, porque fue mi primera oportunidad en televisión, era una serie muy consolidada, a mi familia le encantaba y entonces surgió la posibilidad. Disfruté mucho, fueron dos años muy plenos.

¿Te abrió puertas?

Sin duda, el año que fui a Madrid a grabar «Puente viejo» nos dieron el premio a mejor serie autonómica del país. Y eso fue muy bueno para mí. Era una garantía en la capital. He tenido mucha suerte, lo difícil en esta profesión es la continuidad y creo que ahora la estoy teniendo.

Con el cierre de RTVV el futuro se volvió negro para muchos actores valencianos.

Ha sido la única cadena autonómica que ha caído por mala gestión, porque crisis ha habido en toda España. Es muy grave, la cantidad de personas que ha sido privadas de ver su propia televisión en su propio idioma, la cantidad de trabajadores que se han quedado sin empleo. Es una tragedia. Tenemos la esperanza de la reapertura de Canal 9. Reabrirla para el 9 d'Octubre era muy precipitado, el agujero es muy grande para arreglarlo en dos días, pero parece ser que igual para 2016 sí. Ojalá sea así.

Aunque los éxitos te están lloviendo fuera, «Ciega a citas» es un ejemplo.

La nominación fue una sorpresa. Un motivo de alegría tremendo, a veces se valora más el trabajo fuera que desde dentro. Se vendió a la cadena «Fox» y ha tenido muy buena acogida en el extranjero. Le pusimos mucho cariño a la serie, era muy fresca, contemporánea, se grababa cámara al hombro. Duró 140 capítulos, no iba a ser una serie de 1000 capítulos, pero tal vez hubiera podido tener más recorrido. A mí me aportó mucho, era mi primera comedia en televisión. Tengo un buen recuerdo de ella.

Ahora mismo sigues trabajando en «Seis Hermanas».

Estamos grabando el capítulo ciento y poco y hay perspectiva de que continúe. TVE ha a postado por la ficción, nos estamos haciendo nuestro público. Tenía muchas ganas de trabajar con la productora Bambú.

¿Eso significa que has aparcado el teatro?

No, que va. En enero cerramos la gira de «Los justos» en Bilbao. Cuando trabajas en series diarias tienes que grabar todos los días, después estudiar lo del día siguiente. Si me meto en algo más tiene que ser algo que me merezca mucho la pena.

Como actor te mojas bastante en las redes sociales. No te cortas en dar tu opinión en temas como el Toro de la Vega.

No como actor, sino como ciudadano.

Un ciudadano con 1250.000 seguidores en Facebook.

Eso también tiene su parte negativa, a veces la gente no quiere saber tú opinión política. Sólo le interesa el personaje que está interpretando en ese momento. Además, también existe el miedo. Ese miedo que a veces te lleva a pensar que si te significas mucho puedes tener consecuencias. He vivido en el seno de una familia muy comprometida con la política y la sociedad, lo he mamado en mi casa. Sé que soy una persona pública, soy actor, lo tengo presente, pero si me dedicase a cualquier otra cosa también lo haría. Opinaría exactamente igual.