La comunidad islámica proyecta construir en Alzira la segunda gran mezquita de la Ribera tras la inaugurada a principios de año en l'Alcúdia. Se trata de una iniciativa del Centro Cultural Islámico de Alzira, que gestiona en estos momentos la preceptiva licencia de obras para poder levantar el nuevo edificio sobre una parcela de mil metros cuadrados ubicada en el sector Hort de Galvañón, una zona de expansión urbana en la prolongación de la avenida del Parc. «Esta mezquita no es sólo para los musulmanes, es para toda Alzira», se limitó a comentar ayer Rachid Gharbi, imán de este centro islámico, el más antiguo de los dos existentes en la ciudad, que declinó dar más detalles del proyecto a la espera de obtener la licencia municipal de obras.
No obstante, todo apunta que se tratará de un edificio de dimensiones muy similares a las de la mezquita que el Centro Cultural Islámico La Paz de l'Alcúdia inauguró en enero. Este lugar de culto y formación religiosa erigido sobre una antigua nave maderera del polígono abarca unos 600 metros cuadrados de superficie de los que la mayor parte corresponden a la sala de actividades y rezo con un aforo de 250 personas. En la parte exterior de la mezquita destaca un minarete, arcos de herradura y otros elementos característicos de la arquitectura árabe.
En el caso de Alzira se proyecta un edificio de nueva construcción en el que de una cubierta plana sobresale una cúpula. Este elemento arquitectónico se ubica sobre el espacio más amplio de la mezquita, la zona de rezo, mientras que en un lateral se concibe un edificio con dos plantas para otro tipo de dependencias del centro religioso y cultural. Las imágenes virtuales que han trascendido del proyecto presentan un edificio rodeado de vegetación.
El Centro Cultural Islámico de Alzira está constituido desde el año 2007 y tiene su mezquita y sede de la asociación en un bajo de la calle Gerardo Laguía, en el barrio de Venecia. Hace un par de años se produjo una escisión en la comunidad musulmana de Alzira y se creó una segunda mezquita, que ocupó un bajo de la avenida de l'Alquenència, también en las inmediaciones del parque.
Rachid Gharbi siempre ha defendido la voluntad de los musulmanes que pertenecen a su asociación de integrarse en la sociedad local. «Queremos vivir y convivir con nuestro entorno español, respetar las leyes y que se nos considere ciudadanos no extranjeros», proclamaba el imán en declaraciones a Levante-EMV en la época de la escisión, mientras defendía el posicionamiento «moderado» de su asociación.
Centros culturales
Rachid Gharbi no quiso ayer detallar ni valorar las dimensiones de la futura mezquita al entender que puede ser un tema sensible. De hecho, la difusión en las redes sociales de imágenes virtuales de la futura mezquita ha provocado manifestaciones en contra del proyecto con comentarios en algunos casos de claro corte xenófobo.
Las mezquitas existentes en diferentes municipios de la Ribera son un lugar de encuentro para los musulmanes, que se reúnen en ellas para rezar, pero también para celebrar otro tipo de actividades. En el caso de la mezquita de l'Alcúdia, los responsables de la misma ya indicaron que, además de los rezos diarios, la perspectiva era que las instalaciones acogieran conferencias, cursos de formación para imanes o fieles y sobre otras materias. «Queremos que sea un centro de diálogo e integración», comentó el presidente de la Comunidad Islámica La Paz, Mohammed Alga.
