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Carcaixent frena una plaga de termitas en uno de sus edificios más emblemáticos

El nuevo gobierno limita a 450 personas el aforo del Magatzem de Ribera para adecuarlo a ley, lo que obliga a las grandes comisiones falleras a marcharse

Carcaixent frena una plaga de termitas en uno de sus edificios más emblemáticos

Los problemas del Magatzem de Ribera surgen por todos los flancos. A las dificultades de aforo y los históricos problemas de licencias se han unido ahora las termitas, que se han cebado con uno de los inmuebles más emblemáticos de Carcaixent.

Lo desveló el alcalde, Paco Salom, en el reciente acto de presentación de las falleras mayores. La plaga ya ha sido tratada, al parecer con éxito, pero ha obligado al equipo de gobierno a una intervención de urgencia en el inmueble, afectado también de goteras que amenazaban con causar daños en el local, uno de los más usados al carecer la ciudad de más instalaciones de este tipo capaces de acoger grandes actos.

Amenazaban las vigas de madera

El problema de las termitas se detectó en las vigas de madera del antiguo almacen citrícola y forzó al ayuntamiento a invertir un remanente que tenía disponible de unas ayudas de la diputación de varios miles de euros para evitar que la invasión afectara a la estructura. Frenado ya el problema de las termitas, el ayuntamiento también ha puesto coto al aforo del inmueble. Según explicó ayer el alcalde, la afluencia de público se ajusta a cada una de las actividades que se realizan para que no se supere el tope que prevé la normativa, con la que el nuevo gobierno de Compromís asegura que va a ser muy escrupuloso.

«El asunto del aforo está encauzado y lo que nos estamos encontrando son los problemas de un edificio viejo, lo que está haciendo el ayuntamiento es que por ejemplo en el concierto de fiestas o en el acto de las falleras no pudieron entrar más de 450 personas sentadas y en eso vamos a ser muy estrictos porque es una cuestión de normas», explicó Salom.

Así, lo que ha quedado eliminado son los actos en los que el Magatzem llegaba a acoger a 700 personas. Así, las comisiones falleras que movilizaban a más seguidores se ven obligadas a marcharse de Carcaixent y ocupar salas en otras ciudades, como Alzira, con mayor aforo. Ello afecta especialmente a las fallas de El Jardí, Cánovas o Plaça Major.

En julio, este diario ya informó que Carcaixent se quedaba sin recinto para acoger grandes actos falleros, después de que el alcalde comunicara que no autorizará el uso del Magatzem de Ribera si se excede el aforo, que los técnicos situaron en 400 personas sentadas máximo, cifra que se ha elevado finalmente a 450. El nuevo equipo de gobierno de Compromís se ha propuesto legalizar el inmueble y que el aforo cumpla la ley. Y ello implica, como ha ocurrido, poner un tope de asistentes.

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