La vida está llena de obstáculos pero cierto es también que el ser humano, en innumerables ocasiones, los busca en un intento de darle un poco de mordiente a su existencia.
Si en los últimos años se ha visualizado una importante expansión del deporte (en buena medida como fruto de la crisis económica, el desempleo y la mayor disponibilidad de horas por parte de los ciudadanos), la última moda son las pruebas deportivas que cuentan con exigentes obstáculos, obligando a los participantes a contar con una fortaleza a prueba de bombas.
Eso, y con una capacidad sobresaliente para querer acabar como unos zorros pero aún así divertirse practicando deporte. La popularidad de los llamados espartanos llegará la próxima semana a Antella, donde el Centre Esportiu i Cultural ha organizado una prueba de obstáculos que ya ha llamado la atención de más de cien participantes. Y la lista no deja de crecer.
El llamado Mercenari Íber Antella supondrá una competición que aunará aventura y riesgo, con exigencia tanto física como mental. La carrera ribereña está diseñada para ser completada de forma individual o por equipos, en un intento de que los participantes puedan experimentar fuertes sensaciones. Constará de ocho kilómetros de recorrido, con veintiséis obstáculos como paso entre ruedas y ascensión por montañas de estos neumáticos, paralelas, tubos, cuerdas, pirámides por las que trepar, arrastre, puntería, dunas, equilibrios, muros, crawling, monkey bar(barras para evitar un charco de fango) o bañera de hielo. Eso en una competición que se desarrollará el próximo domingo, 8 de noviembre, a partir de las 9:30 horas.
Enclaves locales
Las pruebas se celebrarán con rondas de setenta y cinco personas. Las diferentes partes de la carrera se celebrarán en enclaves emblemáticos de la población antellense, caso de l'Assut de Antella, el balcón (un paraje en la montaña) o el casco urbano.