Alzira realizará un nuevo intento para potenciar el servicio de bicicletas de alquiler antes de tomar una decisión definitiva sobre su continuidad o cierre. El ayuntamiento y la Mancomunitat de la Ribera Alta inauguraron ayer dos bases con un nuevo sistema y nuevos modelos antivandalismo, más resitentes y de mejor calidad que las actuales, que estará a prueba durante un par de meses.
Se trata de un sistema que ya está implantado en otras ciudades de tamaño medio como Gandia, Altea o Benidorm en el entorno más próximo, que abre la puerta a la publicidad como forma de financiación. El proyecto, que ha arrancado de forma experimental con una base en la avenida Santos Patronos y otra en la estación de Renfe, contempla instalar quince bases por toda la ciudad con la perspectiva de incrementar como mínimo un 50 % tanto los usos como el número de usuarios en el primer año. No obstante, la decisión de seguir adelante se tomará en enero, tras valorar si las nuevas bicicletas propician un mayor uso y antes de realizar una inversión cifrada en 20.000 euros.
Cabe señalar que Alzira es el único municipio de los cinco que iniciaron este servicio de bicicletas de alquiler que lo mantiene, tras el abandono primero de Carlet y Benimodo y, el pasado mes de junio, de Carcaixent y Algemesí por falta de usuarios. El alcalde de Alzira, Diego Gómez, defendió ayer que la apuesta del gobierno local por el uso de la bicicleta resultaba incompatible con la supresión del servicio, pese a reconocer que apenas hay unos 40 usuarios, y mostró su esperanza de que la respuesta sea ahora positiva. Gómez defendió que el ayuntamiento trabaja en proyectos de movilidad que hagan compatibles determinados itinerarios para peatones, ciclistas y vehículos con la implantación de la Zona 30 o incluso 20, que limita la velocidad, y recordó que el próximo domingo 29 habrá una experiencia en que se cerrará el centro urbano con motivo del día sin automóviles, en el que también habrá una marcha de bicicletas antiguas.
