A lo largo de noviembre el Museu Valencia de la Mel ofrece una exposición coral de seis chicos y seis chicas, por aquello de la paridad, con un denominador común: intervenir en una colmena nueva y de este modo llamar la atención sobre la alarmante desaparición de estos insectos imprescindibles para la polinización. El director del museo, Carlos Galletero,nos consiguió doce colmenas. Dejamos total libertad de intervención sobre el objeto. Del mismo modo que el apicultor visita a las abejas para recolectar el néctar, recogimos el material. Mi sorpresa iba en aumento por la diversidad de técnicas y el resultado obtenido. Grabado, pintura, ceras, telas, papeles, montajes sonoros y lumínicos transformaron aquellas colmenas en piezas únicas e irrepetibles. A lo largo de los espacios del museo se despliegan las colmenas mostrando una diversidad solo superada por la que nos regala la naturaleza. En la sala grande, Inma Abarca, Eva Albajez, Araceli Carrión, María Marchirant, Ana Martinez Morlanes, Marisa Perales Trescolí y Teresa Queralt. En un espacio de tránsito Madafaka & The Toxic Kiwi y Rafa Morata nos muestran las intervenciones con sonido y luz. En la sala pequeña Jordi Albinyana, Josep Moltó, Alfredo Pardo y Francesc Piera. Obreras y zánganos haciendo alusión al vocabulario apícola. Tal vez el objeto nos ha condicionado de tal manera que sacó de nosotros aquello que la naturaleza nos brinda. Lo que no tenemos muy claro es quien reina en este peculiar colmenar, quizás lo debería decir usted, querido visitante?