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Tradición

Recuerdos pegados a rueda

El encuentro de bicicletas clásicas de Alzira se consolida tras duplicar el número de participantes en el segundo año

Decenas de aficionados pedalearon hacia atrás en el tiempo por las calles de Alzira en el segundo encuentro de bicicletas clásicas celebrado el pasado domingo.Momento en que algunos de los participantes pasan por delante de la iglesia de Santa Catalina durante un recorrido por el centro de la ciudad. Una bicicleta convertida en un auténtico taller de pintura con las obras de arte incluidas en el portamaletas. Dos de los paticipantes debidamente ataviados con trajes de época esperan en la Plaça del Carbó la salida de la comitiva. El participante de Yecla que finalmente se llevó el trofeo por su bici con la cabra incorporada junto a uno de los miembros de la organización de la «Twwed Red» «Vell i Sense Rovell» de Alzira. f pascual fandos

La bicicleta también puede ser un arte. Cerca de 180 apasionados de este mundo demostraron el domingo en Alzira lo que puede dar de sí una bici por vieja que parezca en la segunda edición de la «Tweed Ride» -denominada en esta ocasión «Vell i Sense Rovell»- en la que sacaron a pasear todo tipo de bicis clásicas restauradas -incluso alguna de finales del siglo XIX- y, ataviados con indumentaria de época, pedalearon hacia atrás en el tiempo para disfrutar de una jornada lúdica que coincidió con el día internacional sin coches que cerró al tráfico el centro de Alzira.

Esta segunda edición del encuentro de bicicletas clásicas de Alzira reunió a aficionados de la Ribera principalmente, pero también de Valencia ciudad y a una nutrida representación de la peña las Galgas de Yecla, que duplicaron ampliamente la participación de la cita celebrada el año pasado. Los organizadores trabajaron desde primera hora de la mañana en la Plaça del Carbó para recibir a todos los participantes -en algunos casos familias enteras- que fueron mostrando sus bicis y sus originales atuendos ante la sorpresa de peatones y ciclistas que habían salido a disfrutar de las calles sin tráfico y que se acabaron sumando a la marcha. Ésta recorrió las principales calles de la ciudad y tanto en la Plaça del Carbó como en la plaza Mayor se fundió con la de ciclistas que, convocados por La Ribera en Bici, participaban en un acto en defensa del clima.

Una votación popular designó como la bici más llamativa una antigua Guzzi Hispania a la que se han acoplado pedales, aunque finalmente se cedió el trofeo a un participante de Yecla que había incorporado una cabra al portamaletas de su bici clásica. Él era el pastor, otros participantes de Yecla representaron otros oficios ya desaparecidos y que solían utilizar la bicicleta como medio de transporte como el lechero o un vendedor de fruta.

Ciclistas con indumentaria de la época de Bahamontes o incluso anterior y repartidores de prensa formaban parte de un elenco de lo más llamativo.

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