Durante la última semana varios vecinos de Carcaixent han denunciado a través de las redes sociales y en el propio ayuntamiento la aparición de un buen número de tórtolas muertas en las inmediaciones de la fuente situada en el parque Navarro Darás de la localidad.
La edil de Medio Ambiente, Paula Lozano, conocedora de la situación, confirmaba a Levante-EMV que el consistorio local está investigando las razones por las que estos animales están feneciendo, aunque de momento y tras el pertinente informe de sus técnicos municipales, se decantan porque las aves fallecieron debido a causas naturales.
Lozano ha tenido constancia únicamente de dos denuncias ciudadanas aunque varios vecinos de Carcaixent aseguran haberse encontrado dos y tres cadáveres cada día esparcidos junto a la fuente, y lo saben porque han tirado los cuerpos inertes de las tórtolas al contenedor de basura y al día siguiente de nuevo volvían a estar allí.
Apunta la concejal del área que los técnicos de medio ambiente de Carcaixent han inspeccionado las aves y han deducido que se trata de pichones de tórtola que nacieron en una época inapropiada pero ayer, sin ir más lejos, el biólogo y codirector del Museu Valencià d'Història Natural de Alginet, Luis García, se desplazó hasta el parque donde realizó una fotografía a las aves muertas y correspondían a dos ejemplares adultos. «Podría tratarse de tórtolas jóvenes pero en ningún caso estaríamos hablando de un pichón pues ni el plumaje ni el pico correspondían a ejemplares adultos», apunta.
Tórtolas turcas
Estas aves son tórtolas turcas, una especie de la familia de las palomas procedente de Eurasia. Originalmente esta especie se extendió por el sur de Asia aunque acabó por colonizar rápidamente toda Europa y el norte de África de forma natural, y también parte de Norteamérica y de Japón.
«Si hay comida y están seguras pueden reproducirse durante todo el año, pero generalmente suelen hacerlo entre marzo y octubre», explica el biólogo, «es más suelen poner un par de huevos en cada puesta y empollarlos durante unos quince días. Es una especie urbanita que se decanta por vivir en los parques porque aquí encuentra comida fácilmente y no tiene enemigos naturales en exceso, puede que algún gato y poco más», asevera García.
Esta especie no cinegética y protegida podría acabar siendo una plaga si se reprodujera masivamente, pero no es el caso de Carcaixent donde existen colonias de aves pero no hasta el punto de representar un problema para los ciudadanos.
La edil asegura haber hablado con los veterinarios del municipio para que, si siguen registrándose más casos y se localizan más tórtolas muertas, llevar los cuerpos de los animales hasta sus laboratorios para que los analicen y valoren las causas de su fallecimiento.
