El cambio de formato de la cabalgata de Reyes de Sueca no logró conectar con el público que se quedó esperando a que Melchor, Gaspar y Baltasar cerraran el pasacalle que tradicionalmente les lleva a la Plaça de l'Ajuntament. Sencillamente, los Reyes Magos de Oriente no formaban parte de la comitiva, aunque sí estuvieron presentes. Aparecieron en el balcón de la casa consistorial y después bajaron hasta el escenario donde atendieron a los más pequeños para agasajarles con caramelos.
Desde la concejalía de Fiestas ya se había avisado de tales cambios. Advirtieron a través de un díptico distribuido por la ciudad que «lejos de una cabalgata tradicional, este año hemos organizado un espectáculo itinerante hasta la Plaça de l'Ajuntament que invita al público a participar de un desfile mágico con danzas, acrobacias, fuego y grandes números circenses».
Aún así, muchos espectadores de entre el numeroso público que acudió con sus hijos o nietos a presenciar la entrada de los Reyes Magos a través de un recorrido que este año se había ampliado se mostró decepcionado. Que los protagonistas no desfilaran fue interpretado por algunos críticos como un ataque a la ilusión de los niños.
«Penosa y mal organizada»
La reacción de los grupos de la oposición no se hizo esperar. Los primeros fueron el socialista Dimas Vázquez, exconcejal de Fiestas, y la portavoz de Ciutadans, Celia Beltran. «Como por circunstancias personales no la he podido ver, no puedo opinar, pero tan penosa y mal organizada ha sido que ya tengo 22 mensajes de whatsapp comentándome la indignación», apuntó Vázquez en una popular red social. «Ha sido una lástima jugar con la ilusión de los más pequeños», dijo.
«¿Tan fea es la tradicional Cabalgata de Reyes para el equipo de gobierno?», se preguntaba la edil Beltrán en la misma red social. «Muchos niños han llorado porque no han visto a los reyes. ¡Vergonzoso!», sentenció.
Pasacalle participativo
El concejal de Fiestas, Pau Roselló (Compromís), aseguró que su idea era la de presentar un espectáculo innovador con aportaciones audioviosuales. «No gustó a parte de los suecanos y tomo nota para mejorar en posteriores ediciones», dijo ayer a este periódico. «En ningún momento ha sido mi intención el hacer daño ni jugar con los sentimientos de nadie, ni mucho menos de los niños», añadió. El edil recordó que la estructura del espectáculo era la de un pasacalle participativo en el cual se convocaba al público a acudir a recibir a los Reyes frente al Ayuntamiento.
Reconoció que eso no se consiguió y que mucha gente «quedó decepcionada al comprobar que los Reyes no iban al final del desfile». «Admito las críticas constructivas», dijo tras observar que las voces discrepantes proceden de personas que desconocían que los Reyes se personarían directamente en el balcón de la casa consistorial, primero, para bajar después a la plaza.
