Cuando alguien llega a Cullera, además del mar, lo primero que llama su atención es el castillo, un mirador excepcional del Mediterraneo. Construido en el siglo X, pasó a formar parte de las defensas de la Taifa valenciana en el Siglo XI. Una fortaleza ya referenciada en el mismísimo Cantar del Mio Cid. Es el monumento más visitado de la ciudad. Prueba del «boom» que está experimentando la fortaleza son los datos de visitas del último año. El Castell de Cullera batió récords de visitas al lograr las 26.175 frente a las 24.905 del año anterior. Esto supone el mejor registro de la serie histórica que se inició tras la restauración en 2011. Una progresión positiva en el régimen de visitas, en palabras de la edil de Patrimonio, Amparo Jover, coloca al castillo como «el monumento más visitado de la Ribera y lo convierte en el icono del patrimonio y el turismo no solo comarcal sino de toda la costa de Valencia».

Hasta la fecha, durante los meses de otoño-invierno sólo abría sus puertas por la mañana (de 10 a 14h, de martes a domingo desde octubre hasta abril), pero este mes amplía su horario de visitas a las tardes de 16 a 18 h de martes a sábado entre octubre y abril. Con esta iniciativa, se intenta situar al castillo de Cullera al nivel de prestación de servicios de otros como el de Xàtiva, Peníscola o Sagunt.

El gobierno cullerense confía en que su apuesta por potenciar el atractivo del castillo amplíe el conocimiento del rico patrimonio histórico local y aumente los ingresos por venta de entradas, a la vez que se sitúa al nivel de prestación de servicios a la altura de otros castillos visitables.