Desde hace algún tiempo, los miembros del círculo de Alzira ya augurábamos lo que iba a suceder en Podemos a nivel municipal. Todo comenzó con ilusión para muchísimos ciudadanos viendo que una nueva forma de hacer política, participativa y abierta era posible. Mientras tanto, los que estábamos al pie del cañón reuniéndonos en plazas y trabajando en proyectos para nuestra ciudad, nos vimos coartados a la hora de presentar propuestas y funcionar con los equipos de trabajo. Existían varios grupos y todas estas personas estaban construyendo, sin darse cuenta, una maquinaria gigantesca para hacer nueva política.
Poco a poco, mientras Podemos se gestaba para nacer como partido, los paracaidistas comenzaron a aterrizar y todo empezó a nublarse. En la elección del secretario general fueron muchos los que discreparon a la hora de elegirlo, pues sólo había un candidato; asegurándose así la «dirección» de Podemos Alzira con dicho cargo. Fueron pasando los días y las reuniones de los órganos internos eran cada vez más complicadas. Ferran Arroyo (sg) comenzó a desvelar sus verdaderas intenciones.
Después de su elección, comenzó a tejer su particular red de «amigos» para así dejar fuera a todo aquel que le contradijese o no estuviese de acuerdo con sus líneas de actuación, incluso dejando los grupos de trabajo completamente inhabilitados. Sus conductas eran como mínimo personalistas, egocéntricas y rozaban la línea de la ilegalidad. No convocaba a todos los miembros del consejo ciudadano, las reuniones se hacían cuando él quería y dónde él quería sin tan siquiera consultar a los órganos electos. Poco a poco todos estos acontecimientos y otros lamentables hechos dejaron completamente al desnudo el espíritu inicial de Podemos, desilusionando a la gente que había apostado por un cambio en nuestro municipio.
Pasaron seis meses y Podemos Alzira ya había casi desaparecido, aunque dudábamos de si alguna vez habíamos sido suficientemente visibles. Las bases comenzamos nuestra particular revolución contra todas aquellas conductas que no llevaban más que al fracaso del proyecto local. Elevamos tres denuncias distintas al Comité de Garantías Democráticas para denunciar aquella situación, que cada vez se hacía más insostenible.
A día de hoy, después de más de un año, seguimos sin respuestas. Ni Antonio M. ni el Comité de Garantías, ni tan siquiera varios compañeros del consejo autonómico hicieron nada para solucionar aquella situación. Hoy por hoy, Podemos Alzira se encuentra en estado de coma. No existen reuniones del órgano interno, el secretario general ha abandonado sus funciones ya que vive en otro municipio, no se convocan asambleas ciudadanas desde hace al menos seis meses y al proponer elección de nuevos representantes lo único que se reciben son evasivas.
Sabemos que estas circustancias no se han dado solo en Alzira, hay muchos otros pueblos y ciudades con el mismo problema y nadie ha hecho nada por arreglarlo. Por eso desde las bases exigimos a Podemos que inicie un nuevo proceso constituyente en todos aquellos círculos en los que se hayan incurrido irregularidades para poder volver a votar y elegir nuevo secretario general y consejo ciudadano. Pedimos comprensión, justicia interna, participación y regeneración democrática dentro del partido. Hemos sido muchos los que hemos callado durante mucho tiempo, para no desvirtuar a Podemos antes de las elecciones autonómicas y las generales. Pero ha llegado el momento de decidir de una vez por todas qué rumbo le espera a Podemos en nuestro municipio y a nivel nacional.
