La plaga de procesionaria no está descontrolada ni es alarmante. El concejal de Medio Ambiente replicó ayer a las críticas del PP a la gestión de la proliferación de bolsones de orugas: «Los que critican se han instalado en el alarmismo, es cierto que el cambio climático provoca que haya más procesionaria, pero es un tema controlable y en junio, que es cuando se han de poner las trampas de feromonas, se pondrán más, pero en ningún caso el tema está descontrolado».
El término de Medio Ambiente, Llorens Pérez, por su parte, indicó que en la escala para valorar el nivel de infestación de parques y jardines se estaría entre 0 y 1 de un máximo de 5 grados mientras que, en el término, no dudó en señalar que se encuentra en el cero, lo que supone una presencia «muy puntual». El técnico expuso que en el paraje de la Murta y la Casella hay círculos muy concretos donde se detecta una presencia «un poco mayor, pero no es nada alarmante porque hemos estado controlando el paraje cartografiando dónde están los focos y son prácticamente los mismos de otros años, no hay muchos más, aunque en esos focos sí hay algunos bolsones más», apuntó. Pérez defendió que, desde hace una década, el ayuntamiento mantiene una doble estrategia contra la procesionaria, ya sea en zonas forestales o en parques y colegios, que ha dado buen resultado. En el primer caso, señaló que las trampas con feromonas han sido eficaces incluso en épocas con un repunte y que, en todo caso, de cara al próximo año se pueden ampliar.
Un segundo recurso también ecológico que aún no se ha usado, dijo, pasa por pulverizar una bacteria. Por lo que respecta a parques y colegios, tanto el técnico como el alcalde indicaron que se están retirando a mano y que si apareciera algún bolsón inaccesible se podría recurrir a productos químos, aunque el criterio de actuación pasa por tramientos ecológicos.
