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Tres décadas de rebeldía musical

Tras su vuelta de las antípodas, Òscar Briz inició una carrera en solitario que le ha llevado ya a publicar ocho discos, distinguidos con prestigiosos premios

La música ha llevado al cantante de l'Alcúdia Òscar Briz a triunfar en un país tan lejano como Australia pero a sentirse también como un exiliado en el territorio valenciano. Es lo que tienen las lenguas, que en ocasiones son usadas como arma de lucha y no como mecanismo para el entendimiento. El ribereño celebra esta noche un especial concierto bajo el título de «Retrospectiva entre amics» con el que se repasará sus treinta años encima de los escenarios, además de presentar su último disco, «Entre llums i ombres». Lo acompañarán en la emotiva cita grandes de la música como Miquel Gil, Nèstor Mont, David Gadea, Vicent Millo o Cristina Blasco, entre otros. Una retahíla inacabable de amigos, si quisiera, dado todas las experiencias acumuladas durante tres décadas.

Su pasión por la música empezó bien pronto y ya en 1983 formó su primera banda, C.O.D.A, en la que ejerció de cantante y bajista. «Tuvo una vida corta de un año y medio porque lo cortó el servicio militar. Éramos jóvenes y volátiles. Autoeditamos una cinta cassette y evolucionamos rápido pero a la vuelta de la mili creamos Banderas de Mayo, que consiguió cierto renombre rápidamente», recuerda Briz. Fueron invitados al programa de radio independiente de referencia en la época, La Conjura de las Danzas, y tras un concierto en la mítica discoteca Chocolate fueron «fichados» por Antonio López, quien ejerció de manager y con el que grabaron tres discos hasta 1992. «Nos arruinamos, literalmente. Al final acabó la experiencia por el mal ambiente, quizá por la mala gestión», rememora el alcudiano. Tras otras efímeras experiencias, el amor por Elisa llevó a Briz hasta Australia. Fue allí, en las antípodas, donde vivió con The Whitlams un éxito rápido. Entró en la banda tras contestar un anuncio de una revista musical. La banda australiana buscaba un nuevo miembro después del suicidio de uno de sus colíderes. Curioso inicio. Tras una larga gira por todo el país y la grabación de un LP que fue éxito nacional, Briz salió de The Whitlams, que inició una profunda transformación.

Musicalmente su vida da un salto hasta 1999, cuando ya de vuelta por tierras valencianas empezó su trayectoria en solitario, pasando por La Destilería, Cambra Records, Ventilador Music, La Casa Calba y ahora con Mesdemil. Ha grabado ocho discos en solitario, obteniendo premios de los medios y certámenes más prestigiosos caso de los Ovidi Montllor, Enderrock o Miquel Martí i Pol. Mucho ha cambiado la escena musical de 1983 a 2016. «La escena valenciana no está aislada y el cambio llegó con la tecnología. Ha permitido la democratización de la edición, con aspectos positivos pero también negativos como la masificación de la oferta, que no se corresponde con la demanda», aduce Òscar Briz. Sobre los nuevos tiempos políticos, el alcudiano cree que el PP «nos ignoró voluntariamente y eso nos llevó a las barricadas. En la música en valenciano se diferencias dos sectores: los nacionalistas y los que utilizamos la lengua para hacer cultura. Yo estoy en el segundo grupo. Cantar en valenciano ya es un ejercicio de rebeldía», finiquita.

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