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El preso de Turís regresa del presidio infernal de Panamá con sólo 44 kilos

El turisano, que presenta un gran deterioro físico, logra ser extraditado - Permanece en cuarentena y luego ingresará en la cárcel de Picassent

El preso de Turís regresa del presidio infernal de Panamá con sólo 44 kilos

El turisano Manuel Arcos Gimeno, detenido en Panamá hace casi tres años por tráfico de drogas, se encuentra ya en la cárcel madrileña de Soto del Real tras completarse su extradición desde el centro penitenciario panameño de La Joya, considerada una de las peores prisiones de Hispanoamérica. Arcos presenta un alarmante estado de deterioro físico y pesa apenas 44 kilos, 25 menos de los 69 con los que partió a Panamá hace más de tres años.

El ribereño permanece en cuarentena debido a su estado y se le están realizando diferentes revisiones médicas para descartar cualquier enfermedad que haya podido contraer en la cárcel panameña. Arcos presentaba a su llegada a Madrid un estado lamentable. «Pesa solo 44 kilos, 25 kilos menos que cuando fue detenido. Además, su rostro refleja el sufrimiento vivido en La Joya, con un deterioro físico alarmante», explica su hermano Gonzalo.

Detenido cuando hacía de mula

El ribereño fue detenido por tráfico de drogas hace más de tres años por la policía de Panamá cuando ejercía de mula o correo, aunque no conoció la condena de 9 años y medio hasta el 11 de julio de 2014. El reo turisano fue encarcelado en la prisión de La Joya —posiblemente la peor de toda Hispanoamérica, bautizada como «el infierno»—, concretamente en el pabellón de extranjeros, donde conviven 558 personas pese a estar habilitado para solo 200. Arcos compartió pabellón, además, con roedores, insectos o cucarachas, solicitando a la embajada española cajas de plástico para evitar que las ratas se comieran su comida o echaran a perder su ropa. Además, el ribereño tuvo que pagar 300? por un colchón (así como comprar jabón, el cepillo de dientes u otro material necesario) y sobrevivió en condiciones infrahumanas, con una notable falta de higiene, sin apenas agua potable y pagando de su bolsillo la poca comida que podía conseguir, pues la prisión solo les aportaba un menú de arroz con plátano un día a la semana.

Tras conocerse la sentencia, el preso de Turís cumplía el requisito para solicitar los trámites de su repatriación. Su familia también mandó dinero a abogados panameños para que tramitaran toda la documentación. Sin embargo, el estado de su expediente, junto al de otros dos españoles encarcelados, parecía no avanzar. Fue ese el momento en el que los tres reos empezaron una serie de huelgas de hambre para protestar por la actitud pasiva de la embajada de España hacia los presos españoles y por la falta de atención médica de la prisión. La última la levantaron ante el compromiso de la embajada de realizar nuevas gestiones y tras aparecer, inmediatamente, los expedientes iniciados para el traslado.

De Madrid a Picassent

Una vez finalice la cuarentena en Soto del Real, se espera que el preso turisano sea trasladado al centro penitenciario de Picassent, donde quedará recluido definitivamente para cumplir condena. En la prisión valenciana Arcos podrá, entre otras cosas, realizar actividades o emplearse de algún modo. «Aquí (por La Joya) te levantas y no haces nada, no tienes nada que hacer. No hay talleres ni nada y uno tiene que matar el tiempo como sea», detallaba el ribereño hace poco más de medio año a Levante-EMV.

Una vez en Picassent, la familia pretende que la justicia española revise su caso.

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