Los vecinos y vecinas de Antella pasaron la mañana de ayer sin poder consumir agua del suministro potable tras un corte generalizado a primera hora, anunciado a través de un bando municipal. La razón fue una alteración en el dosificador de cloro del municipio, que introdujo unos niveles por encima de lo permitido, lo que obligó a las autoridades a tomar la decisión de prohibir el consumo. «Lo cierto es que los niveles no eran alarmantes y estudiamos que pudiese utilizarse agua para cocinar, por ejemplo, pero al final decidimos que lo mejor era prohibir cualquier tipo de consumo para no confundir a la población», explicó ayer la alcaldesa de la localidad, Amparo Estarlich, en declaraciones en exclusiva para este rotativo.
El suministro de agua potable es totalmente público en Antella, por lo que son los técnicos del municipio los que evalúan los niveles todos los días para conocer la idoneidad del consumo de agua. Son también las autoridades políticas, por lo tanto, las que deciden la prohibición en el consumo en caso de alguna alteración que pueda afectar a la salud de los vecinos y vecinas. No era el caso de ayer, cuya alteración fue leve. De hecho, alrededor de las 16 horas se recuperó la normalidad absoluta. A esa hora, sin embargo, las tiendas de la localidad ya habían dispensado buena parte de sus reservas de agua embotellada, por lo que se convirtieron, sin lugar a dudas, en las grandes beneficiadas de la alteración hídrica.
La alcaldesa de Antella también observó que el agua potable cuenta con niveles de nitratos que no son ni mucho menos alarmantes para la población. Nada que ver con los niveles registrados en otras localidades de la Ribera en meses pasado (caso de Alzira o Carcaixent) y que acabaron convirtiéndose en cortes generalizados del consumo de agua potable.
