El sector citrícola aún tiene un peso clave en la economía valenciana, pero para sobrevivir debe profesionalizarse. Y, en relación con esto, los agricultores que quieren apostar por plantar una nueva variedad de naranja deben saber que es necesario estudiar muy detalladamente las posibilidades que les ofrece el mercado.
Ferran Gregori, ingeniero técnico agrícola y responsable de la sección de cítricos de La Unió que dio una charla el jueves en Corbera, explicó que hay nuevos tipos de mandarinas en el mercado cuyos precios son «desorbitados» por el elevado coste de las patentes. Aunque estas variedades puedan después venderse mejor en el mercado, Gregori advirtió que es fundamental que el agricultor estudie detalladamente si le va a salir rentable la inversión.
Ya no vale aquello de «me han dicho en el bar» que compre esta variedad de naranja, dice Gregori. Es necesario recabar información y, sobre todo, contrastarla porque, según advierte este ingeniero agrícola, hay fuentes muy interesadas. En algunas variedades «pagan mucho por kilo, pero tienes que invertir mucho dinero y a lo mejor no te sale rentable», dice. La variedad de mandarina Orri es una de las más populares, pero su precio de patente es alto y los agricultores que compran este naranjo deben pagar 65 euros más IVA por cada árbol. Posteriormente, el kilo de mandarinas se vende en los mercados a un euro o poco menos de un euro. Por eso, hay que echar cuentas.
Litigios entre patentes
Otras variedades de mandarinas estrella son la Nadorcott y la Tango Gold. De hecho, estas dos variedades están en litigios porque los propietarios de la patente de Nadorcott aseguran que Tango Gold es una variedad derivada de Nadorcott. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) sugirió hace unos meses a los agricultores interesados en la variedad Tango que mantuviesen una actitud «prudente» y no la plantasen en sus explotaciones hasta que se clarifique el contencioso en torno a los derechos de explotación.
El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ha desarrollado las variedades Safor y Garbí, cuyas patentes son más baratas. Pero, según advierte Gregori, en algunas ocasiones aparecen manchas en la piel de la variedad Safor, lo que la hace inviable para la comercialización. Estas manchas salen por motivos genéticos y ambientales, pero «puede haber algunas propuestas para solucionar el problema».
El representante de La Unió defiende que la citricultura aún es un sector clave, pero señala que es necesario que se realicen unas políticas agrarias adecuadas y se promocione la naranja; además la Administración debe hacer cumplir la ley a los supermercados, asegura. Respecto al agricultor, el perfil ha cambiado y ahora es gente de mediana edad o, incluso, algunos jóvenes que están profesionalizando la agricultura.
