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La sentencia obliga a buscar un nuevo emplazamiento para el macrovertedero

El Ayuntamiento de l'Alcúdia, promotor del pleito, propone una alternativa basada en el consenso

La sentencia obliga a buscar un nuevo emplazamiento para el macrovertedero

Un auténtico terremoto ha sacudido la comarca ribereña estos días tras conocerse la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana que anula el acuerdo de modificación del emplazamiento del macrovertedero que estaba previsto construir en Guadassuar. La primera reacción ha llegado desde el Ayuntamiento de l'Alcúdia, el vencedor ante la justicia. El juez le da absolutamente toda la razón e incluso no ofrece posibilidad de presentar un recurso a su decisión. Por lo tanto, será el consistorio de Andreu Salom el que marque ahora el tempo a seguir por el Consorci Ribera-Valldigna. Su primera voluntad será la elección de un nuevo emplazamiento para el macrovertedero, alejándolo definitivamente del núcleo urbano de Montortal, de la Acequia Real del Júcar y de los Ullals del Riu Verd. Sin embargo, no hay intención de hacer una enmienda a la totalidad. Por lo menos, no de forma impuesta.

El ayuntamiento alcudiano pretende que existan varias reuniones con los nuevos dirigentes del Consorci (no hay que olvidar que el color político cambió tras el vuelco electoral del pasado año) para llegar a acuerdos sobre la zona industrial que estaba diseñada en Guadassuar. Y es que el que todos consideran como el máximo responsable del anterior proyecto ahora anulado por la justicia, José Ribera (anterior presidente del consorcio y exalcalde de Guadassuar) ya no ostenta cargos. «El acuerdo ahora anulado cambiaba la ubicación inicial prevista del vertedero en el término de Tous por otra en un lugar que había determinado unilateralmente el exalcalde de Guadassuar en su término (a poco más de un kilómetro de distancia de la planta de residuos y a poco más de 1,5 del pueblo de Montortal), por intereses exclusivamente personales, dado que unos meses antes había acordado duplicar (de 1,5 a 3 ? por tonelada) el canon previsto a cobrar por el ayuntamiento que recibiría la nueva instalación», expuso ayer el alcalde de l'Alcúdia, Andreu Salom, quien añadió a Levante-EMV: «Al mismo tiempo se modificaban sustancialmente las características de la nueva planta de voluminosos a construir, en beneficio de la empresa concesionaria, que pasaba de costar 1.845.094 ? (en la concesión otorgada en 2006) a costar 10.525.799 ?, todo esto a cambio de renunciar a exigir a la empresa la construcción de los 49 ecoparques previstos en 2006 en el contrato firmado con la empresa, pero manteniendo las tarifas que iba a cobrar la empresa concesionaria para explotar las instalaciones». Según Paco Sanz, representando de l'Alcúdia en el Consorci de Residuos, «dijimos no al vertedero porque sabíamos que su ubicación no era aceptable, que era un atentado contra nuestro entorno».

El consistorio de Salom considera que ahora comienza de nuevo el proceso que debe estar presidido por el consenso y no por las imposiciones «del anterior presidente. El nuevo consorcio debe iniciar de nuevo las gestiones con total transparencia, frente al ocultismo de la anterior etapa», declaró Sanz. Se descarta de manera definitiva la ubicación actual del vertedero y comienza el estudio de nuevas ubicaciones que respeten el medio ambiente y las masas de agua.

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