Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El castillo que cimentó la unidad comarcal

La jurisdicción de la Vila i Honor de Corbera dio origen a un territorio descentralizado Pese a su denominación, el centro administrativo era Riola

El castillo que cimentó la unidad comarcal

El río Xúquer defendía los limites de un territorio que funcionaba desde la época islámica con una estructura de gestión supramunicipal y que, según algunos historiadores, sería el germen de la actual Ribera Baixa. La denominada Vila i Honor de Corbera fue un señorío importante, con representación en las Corts, que controlaba desde el castillo situado en la Serra de Corbera las actuales poblaciones de Llaurí, Fortaleny, Riola, Polinyà, Benicull y Corbera.

Los orígenes de esta gestión territorial se remontan al menos a la época islámica, cuando se construyó el castillo. El Hisn de Corbera, según explica el arquitecto inspector de Patrimonio de la Consellería de Cultura, Ignacio Matoses, «controlaba un conjunto de asentamientos denominados alquerías que tras la reconquista pasaron a formar parte del Señorío de Corbera y más tarde de la Vila i Honor». La fortificación corberana se situó en un promontorio rocoso de la sierra en contacto con la fortaleza de Cullera, mientras que para conseguir la comunicación visual con Alzira se instaló una torre vigía en lo que actualmente es Sant Miquel. «Se trata de una red de castillos que controlaba el paso del río, en aquella época navegable y que constituía un eje de comunicación fundamental», añade Matoses. Tras la reconquista de Jaume I, los cristianos mantuvieron la misma distribución territorial, además de aprovecharse de los sistemas de trabajo en el campo y las técnicas de construcción —entre otras cosas— que introdujieron los árabes, pero eliminaron cualquier símbolo islámico relacionado con la religión o política y comenzaron una campaña para cristianizar a la población.

La reconquista trajo consigo la aparición del Señorío de Corbera, que estaba formado por las poblaciones y alquerías de Lliber, Aytona, Arriola, Polinyà Sinyent, Montcada, Benicull, Beniatzir, Benilotja, Othos, Montçabà, Fortaleny, Matada, Alcudiola, Benihomer, Benivoquer, Laurin, Nacla, Saicun y Corbera. El centro administrativo se instaló en el templo de Sant Miquel, situado donde estaba la alquería de Othos. De este modo, el control militar se realizaba desde el propio castillo y el administrativo desde la nueva iglesia, de la cual dependían el resto de templos del territorio.

Traslado administrativo a Riola

A partir del siglo XIV los señores trasladan la administración del Señorío de Corbera a Riola por ser el municipio situado en el eje central de todo el territorio. El motivo, según señala el arqueólogo de Corbera, Miquel Gómez Sauquillo, fue que «en Corbera había una gran parte de la población que era musulmana y habitualmente tenían lugar algunas revueltas. Entonces, se decidió trasladar la administración del territorio a la iglesia de Santa María de Riola, donde pasó a reunirse el Consejo». En este aspecto, y denominándose ya Baronia de la Vila i Honor de Corbera —privilegio que recibió el señorío en 1418 cuando Alfonso el Magnánimo incorporó el territorio a su patrimonio—, sorprende que a las Corts en Valencia se desplazaran un representante de Fortaleny, otro de Polinyà y dos de Riola pero ninguno de Corbera, «pues como la mayor parte de la población de Corbera era islámica, enviaban a un segundo representante de Riola en detrimento del de Corbera».

Riola fue el centro administrativo durante toda la época de la Vila i Honor. «La propia Corbera dejó de formar parte del señorío, pero regresó. Llaurí, sin embargo, si que se independizó en el siglo XVI junto con algunas alquerías como Benihomer o Matada», Explica Gómez. La baronía se extinguió definitivamente en 1836 después de que la Constitución de Cádiz de 1812 aboliera estos señoríos. Pese a ello, los representantes de los poblados siguieron reuniéndose en Riola para tratar los temas administrativos. «A partir de esta fecha en los documentos que se conservan se menciona la 'extinta Vila i Honor de Corbera'», concluye el arqueólogo corberano.

Compartir el artículo

stats