Los teléfonos móviles se han convertido en el centro de la vida de muchos adolescentes a los que les encanta pasarse horas jugando delante de la pantalla o viven pendientes de las redes sociales. Pero a la otra parte de la balanza están los exámenes, los deberes y los padres que intentan que el uso del móvil no afecte al rendimiento escolar de sus hijos. El programa municipal de prevención de drogodependencias de Almussafes ha cumplido una década de existencia y, hoy, uno de los principales temas que trata es el uso de las nuevas tecnologías. Este programa trabaja a partir de tres vertientes: la prevención escolar, la Escuela de Familias (una especie de escuela de padres donde se enseña a los progenitores a combatir estos problemas y a tratar con sus hijos) y el asesoramiento familiar.
Los padres reclaman que no afecte al rendimiento escolar
Este año el uso de los teléfonos móviles está siendo un tema estrella porque, sobre él, giran muchas consultas familiares y en las sesiones que se han celebrado de la Escuela de Familias los padres pidieron que se tratara este asunto. La psicóloga municipal, Cristina Martínez, cuenta que en el caso de los jóvenes de Almussafes el uso del teléfono móvil «no llega a ser una adicción» y se tratan sobre todo dudas de los padres que quieren saber cómo abordar esta situación antes de que se convierta en un problema real; no obstante, sí que «hay algunos casos puntuales en los que ha bajado el rendimiento escolar» por estar demasiado tiempo delante del teléfono, cuenta Martínez.
Esta situación también se ve agravada por la «presión del grupo». Todos los amigos tienen teléfono y para integrarse en el grupo social los jóvenes consideran que es necesario tenerlo. Y, para más inri, Martínez recuerda que la adolescencia es una época muy difícil, en la que la persona muestra su rebeldía e intenta luchar contra las normas impuestas.
Las madres consultadas en este reportaje coinciden en que los videojuegos y ver videos de afamados youtubers son el entretenimiento principal de sus hijos. Además, en estos jóvenes de entre 13 y 14 años detectan conductas muy infantiles, ya que su principal preocupación son los juegos.
La psicóloga municipal cuenta que para solucionar esta situación es necesario tener una comunicación fluida con el hijo, hablar con él y preguntarle para conocer sus motivaciones, además de hacer un «modelado adecuado» de la conducta del adolescente. Es necesario poner límites y restringir el uso del teléfono si es necesario, pero siempre desde la negociación con el hijo.
La comunicación fluida con los hijos es esencial
Otro problema que también preocupa a los padres es el consumo de cannabis. En este caso, Martínez señala que los consejos que se den a los padres dependerán de cada caso concreto, aunque tener una comunicación fluida con los hijos siempre es importante. Y, tanto en el uso del teléfono como en el consumo de drogas, «es importante que el padre y la madre estén de acuerdo» a la hora de tomar decisiones e imponer normas, remarca la psicóloga.
Además, esta psicóloga y la trabajadora social, Mª Eugenia Sánchez, realizan talleres educativos con los jóvenes para desmontar falsos mitos sobre el consumo de drogas. Por ejemplo, Martínez cuenta que existe la falsa creencia de que el consumo de tabaco relaja, pero según explica, esto no es cierto, porque la ansiedad viene provocada por las ganas de fumar y el tabaco es una sustancia excitante, no relajante.
A esto hay que sumar que los jóvenes tienen «una escasa percepción del riesgo» que supone consumir drogas y alcohol, según cuenta Martínez. Otro mito es que consideran que el consumo del cannabis no afecta al rendimiento escolar. Y al igual que con los móviles, en el consumo de drogas y alcohol también existe el problema de la presión social y, por eso, estas profesionales intentan reforzar la autoestima de los jóvenes.
