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El cierre de más empresas agrava el declive del comercio citrícola

La desaparición de Frutas Crisbabe y de Hermanos Granero deja sin trabajo a cerca de 250 empleados - Las firmas se unen a una larga lista en la que destaca Frutsol, que despidió a 700 trabajadores

El cierre de más empresas agrava el declive del comercio citrícola

El comercio citrícola de la Ribera continúa con su declive y la crisis ya no solo afecta a empresas con más de un centenar de trabajadores, sino que también se lleva por delante a pequeñas compañías. El Boletín Oficial del Estado anunciaba esta semana el concurso de acreedores de la empresa Riberfruit Cítrics de la Ribera SL de Villanueva de Castellón. También de este municipio ribereño era precisamente otro almacén que cerró el curso pasado, el de los Hermanos Granero, quienes junto a Frutas Crisbabe de Alberic dejaron sin trabajo a cerca de 250 trabajadores.

Levante-EMV ya anunció la suspensión de pagos y la más que posible presentación de un concurso voluntario de acreedores de la empresa alberiquense (aunque originaria de Alzira), con más de 80 años en el sector de la fruta y los cítricos. El concurso finalmente se llevó a cabo y dejó en la calle a cerca de 140 trabajadores. En el caso de Hermanos Granero, la firma castellonense aseguró que incluso después del concurso «se incrementaron las deudas de la entidad». El almacén contaba con un centenar de empleados, sin contar con los recolectores. La desaparición de ambas empresas, junto con el cierre de la Cooperativa de Alberic, ha provocado por su cercanía que se haya generado en la zona un núcleo de desempleo de trabajadores del sector.

Uno de los golpes más duros que se llevo el sector en la comarca fue el cierre de Frutsol, empresa ubicada en Sollana y dedicada a la recolección y embasado de naranja. El Expediente de Regularización de Empleo (ERE) de extinción dejo sin oficio a sus 700 trabajadores, tal como informó este rotativo. La firma sollanera alegó que no contaban con suficiente fruta como para procesar la temporada debido a la crisis agrícola. Sin embrago, desde el sindicato de trabajadores UGT se informó de que la empresa había alegado «razones económicas» ante los trabajadores para cesar su actividad.

Perfil similar de las empresas

Por otro lado y según señalaron fuentes sindicales, casi todas las empresas que se han visto abocadas al concurso de acreedores en los últimos años tienen un perfil similar. Se trata de firmas que acometieron en su día grandes inversiones en modernizar o trasladar sus instalaciones y después no han podido sufragar los gastos de la inversión. En cuanto al número de empleados, Crisbabe y Hermanos Granero contaban con una plantilla más o menos similar, nada que ver con los 700 trabajadores que tenía en nómina Frutsol.

En definitiva, Frutsol, Crisbabe y Hermanos Granero se unieron a una larga lista de almacenes que no han podido hacer frente a la crisis. Frutas Ponche cerró también en Corbera, municipio que ya vio hace unos años como otro de los grandes almacenes frutícolas que sobrevivían, Frutas Ber, desaparecía. En Cullera, por su parte, en los últimos 10 años han desaparecido 6 almacenes, entre ellos Frutas Aragó, Costeta, Cavanilles o el de Nicola. Hoy en día solo quedan Eco Ribera y Frutas Botanch. En Sueca, sobrevive Frutas Morell con menos de 40 empleados. El cierre en los años 90 de Pascual Hermanos ya marcó un punto y aparte. En total, desde UGT apuntan que solo en la Ribera Baixa habrán cerrado unos 15 almacenes, aunque la cifra podría ser incluso más elevada.

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