La asociación Slow Food ha donado una desbrozadora a la cooperativa de Benifaió, Cohoca. La máquina está valorada en 8.000 euros y sirve para cortar las hierbas del campo, según explicó ayer el presidente de Slow Food Valencia y vecino de Benifaió, Josep Marco Sansano.
El objetivo de esta donación es que los agricultores de Benifaió dejen de utilizar un herbicida de amplio espectro denominado glifosato y que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría ser perjudicial para la salud de animales y personas. En 2015 la OMS señaló que este producto «probablemente es cancerígeno para humanos». Lejos de aceptar ese criterio, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) cree «improbable» que la exposición al glifosato suponga un riesgo cancerígeno para las personas. No obstante, diversas organizaciones ecologistas están haciendo gestiones para que deje de utilizarse este producto en Europa.
Esta desbrozadora está provista de unas cuchillas que, de una sola pasada, se encargan de cortar la hierba y dejar los residuos vegetales sobre el mismo terreno. De esta forma, la tierra conserva la humedad adecuada y no es necesario regarla tantas veces; además, la misma hierba que se ha cortado y que se ha depositado sobre la tierra sirve como abono natural.
Convenio con la cooperativa
Slow Food ha firmado un convenio con la cooperativa de Benifaió para que los agricultores utilicen esta máquina. La única condición que ha puesto Slow Food a la hora de donar la desbrozadora es que la entidad agrícola les cobre lo menos posible a los agricultores por utilizarla. Por eso, la cooperativa se ha comprometido a facilitar un conductor y cobrar sólo por el consumo de combustible y el recambio de las cuchillas.
Diversos agricultores de Benifaió han empezado ya a utilizarla. Esta desbrozadora se ha probado también en una plantación de mircroviñas y, al dejar el forraje cortado sobre el terreno, se ha ayudado a la supervivencia de las mariquitas, unos insectos que actúan como depredadores de las plagas. «La viña está perfecta sin necesidad de productos químicos», enfatizó ayer Sansano.
El movimiento Slow Food surgió hace unos años en Italia como contraposición a la fast food (comida rápida) y tienen un ámbito de actuación mundial. Defienden el consumo de productos autóctonos y ecológicos. En la Ribera han ayudado a recuperar variedades que se habían perdido, como la cebolla Moncalina, el tomate Quarentena y el Cacau del Collaret. Además, ponen en contacto a los agricultores y a los consumidores para que los productos que consiguen recuperar se consuman y, de esta forma, no se vuelvan a perder. En Benifaió ya han organizado dos ediciones del Mercat de la Terra, en el que los agricultores dan a conocer sus productos en las calles del municipio.
Más de cincuenta personas se mostraron interesadas en recibir frutas y verduras ecológicas en la primera edición de este evento. Este próximo domingo 10 de abril se celebrará por tercera vez el Mercat de la Terra.
