Los actos acontecidos la pasada semana en el campo Terres Noves de Senyera han proporcionado versiones muy distantes. La directiva del club local se mostró ayer avergonzada por lo sucedido pero desmintió la versión del árbitro (plasmada en el acta oficial) y defendió que nadie le agredió, que por ello no pudo marcharse del estadio lesionado y que algunos jugadores fueron expulsados cuando simplemente se acercaron a él para protegerlo. Los hechos se produjeron en el partido contra el Moixent. Los visitantes se adelantaron en el marcador, según la directiva, en el minuto 96, lo que provocó algunas protestas de jugadores locales y una invasión de campo que se observa en un video al que este periódico ha tenido acceso. El colegiado se vio acorralado y huyó a la carrera, según él, después de ser agredido. Sin embargo, la directiva del Senyera (que sostuvo ayer que acatarán la sanción que les llegue a pesar de ser un club muy humilde en ingresos) consideró que nadie le agredió en ningún momento y que tras conseguir que el árbitro se tranquilizase, se le trasladó protegido al vestuario. «En el acta pone muchas cosas que no son ciertas. Jugadores que fueron a protegerle y que nunca han dicho absolutamente nada a los árbitros en toda su carrera acabaron expulsados», argumentó ayer una representante de la directiva ribereña. El club arguyó ayer, además, que miembros de la directiva desalojaron a los aficionados que llegaron al recinto deportivo con petardos y bengalas y que las usaron muy alejados del terreno de juego y fuera del estadio, donde no podían ser controlados. El Senyera consideró que hay que tener en cuenta la versión de la Guardia Civil, que le dijo al árbitro que ellos no habían visto agresión alguna.
