La última obra pendiente en Alzira del Plan Confianza, la rehabilitación del lavadero municipal de l'Alquerieta, se dio por finalizada ayer, siete años después de que en 2009 se impulsara el proyecto por al anterior gobierno (PP) y sin que el actual (Compromís, PSOE y EU) tenga decidido un uso concreto para el edificio, más allá de contemplar su incorporación a las rutas de carácter turístico como un elemento más del patrimonio local o como sede puntual para la celebración de diferentes actos.

Una delegación municipal encabezada por el alcalde, Diego Gómez, y con una amplia representación de vecinos de l'Alquerieta, visitaron ayer el lavadero tras darse por finalizadas las obras. El acto coincidió con la conmemoración del 85 aniversario de la proclamación de la Segunda República y, según apuntó el concejal de Gestión Urbanística, Fernando Pascual, el edificio tiene en la fachada el único escudo de la época que se conserva, que fue inaugurado en marzo de 1937 por el último alcalde republicano, el socialista Francisco Oliver.

Pascual recordó que el proyecto de remodelación, que ha supuesto una inversión de 400.000 euros, arrancó en 2009 y ha sufrido diferentes revisiones, ya que inicialmente se pretendían eliminar los dos vasos del lavadero, que se han conservado, después se contempló como sede del centro de BBT, del Museu Faller o de la Cruz Roja. «El proyecto no es de este gobierno y vamos a ver qué se hace con este edificio, que pasa a formar parte del patrimonio histórico-artístico de la ciudad», comentó.

El alcalde, por su parte, destacó que se trata de una actuación de recuperación patrimonial que va a permitir descentralizar determinadas actividades y que el barrio de l'Alquerieta disponga de una sala para organizar las suyas propias. Diego Gómez apuntó que se pueden realizar actividades de carácter turístico, exposiciones, alguna presentación e incluso alguna recepción. Cabe recordar que los impagos del Consell provocaron que la primera empresa adjudicataria renunciara a la obra, lo que ralentizó la ejecución del proyecto.

El presidente de la asociación de vecinos de l'Alquerieta, Ricardo Cuenca, valoró que es el barrio el que principalmente tiene que utilizar el edificio ahora rehabilitado, para el que pidió vigilancia, y advirtió que si no se le da un uso se producirá un deterioro.