Favara se ha unido a la corriente de asociaciones y partidos políticos contrarios al uso del polémico herbicida denominado glifosato. La junta de gobierno local aprobó recientemente dejar de utilizar este producto en el mantenimiento de los espacios verdes públicos, según fuentes municipales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que este herbicida podría ser perjudicial para la salud de animales y personas y en 2015 dictaminó que el glifosato «probablemente es cancerígeno para humanos».
Entidades y partidos ecologistas han pedido su prohibición, aunque la Unión Europea de momento no ha querido ir tan lejos y hace unos días el Parlamento Europeo se limitó a aprobar una resolución no vinculante en la que se pide que el glifosato se limite a «usos profesionales» y que se excluya su utilización en parques, zonas de juego o jardines. La edil de Medio Ambiente de Favara, Isabel Borrás, explicó ayer que han decidido dejar de usar este producto en los jardines públicos porque así lo recomienda la OMS y el gobierno local considera que, de esta forma, se contribuye a la conservación del medio ambiente.
Ahora se utilizarán productos ecológicos, tanto para el mantenimiento de las zonas verdes, como para la limpieza de los edificios municipales. Borrás indicó que, aunque estos productos puedan ser un poco más caros, su compra apenas afectará a las arcas municipales.
La edil considera que si «los expertos dicen que (el glifosato) es nocivo para las personas y para el medio ambiente, los políticos deberían legislar en ese sentido».
Y parece que las voces críticas contra este producto se van extendiendo por toda la comarca de la Ribera. Recientemente, la organización Slow Food donó una desbrozadora a la cooperativa Cohoca de Benifaió para intentar que los agricultores dejen de utilizar este herbicida. El glifosato es la sustancia activa del herbicida más vendido en el mundo, el RoundUp, comercializado por la multinacional Monsanto.
