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La montaña «mágica» de Llaurí

La riqueza biológica de las plantas aún se aprovecha para curar dolencias La leña y la cal se explotaron durante siglos

Muchos vecinos de la Ribera aprovechan el domingo para huir del estrés de la ciudad y del trabajo y se adentran en la montaña para practicar senderismo en diferentes enclaves de la sierra de Llaurí. Este paraje natural tiene un valor botánico incalculable pero, además, en el pasado fue fuente de multitud de actividades económicas y proporcionó una amplia variedad de plantas medicinales antes de que las todopoderosas empresas farmacéuticas controlaran el mercado.

Josep Oltra, técnico de conservación de flora de Vaersa, empresa que desarrolla trabajos para el Servicio de Vida Silvestre de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, ofreció hace unos días una charla en Llaurí, en la que dio a conocer la importancia de esta montaña, parte integrante de la Sierra de Corbera.

Importancia ecológica. Destacan las pendientes rocosas calcícolas formadas por un conjunto de riscos y peñones que se distribuyen por la sierra. En este contexzto crecen plantas de gran interés conservacionista. Destacan los matojos arborescentes como los laureles (Laurusnobilis), los fresnos de flor (Fraxinus ornus), los marfulls (Viburnum tinus) y los madroñeros (Arbutus unedo). «En la sierra de Llaurí hay una de las mejores representaciones de este hábitat en el ámbito valenciano», remarca Oltra.

Esta montaña está catalogada como Paraje Natural Municipal pero, además, tiene otras figuras de protección que no son tan conocidas por los vecinos del pueblo. La también conocida como Sierra de Corbera y la microreserva de flora Els Cingles constituyen un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).

Una personaje clave que contribuyó de forma destacada a conocer más profundamente la montaña fue el farmacéutico y botánico José Borja Carbonell (Càrcer, 1901- 1993). Este investigador trabajó como farmacéutico en Corbera durante unos años y, tras realizar multitud de excursiones a la sierra de Corbera, publicó un estudio que permitió conocer más profundamente este paraje y la montaña de Llaurí.

Actividad económica. La diversidad vegetal de la sierra de Llaurí dio lugar a numerosas actividades económicas dependientes de la naturaleza. La ganadería, la explotación de la leña y la utilización de las rocas calcáreas para fabricar cal fueron tres recursos importantes. De hecho, en zonas como ésta solía haber hornos de cal distribuidos por la montaña para transformar la roca.

El botánico Oltra subraya que, hasta mediados del siglo XX, existió «toda una economía de subsistencia a partir de los recursos naturales que daba la tierra». Se sabe que en esta zona se encuentra un antiguo horno de cal, conocido como el Forn de Caballer, que estuvo activo en el siglo XIX. Pero esta construcción está cubierta por la vegetación y aún no se ha conseguido localizar con exactitud. Recientemente la asociación Amics de la Muntanya de Llaurí adecentó y eliminó la maleza que cubría lo que podría ser un pozo o aljibe ubicado en medio de la montaña para abastecer a los vecinos de agua.

La amplia variedad de plantas hizo que esta montaña fuese durante siglos la particular farmacia de los vecinos de Llaurí y los pueblos de alrededor. «Las plantas medicinales para curar enfermedades fueron muy importantes en el pasado», enfatiza Oltra.

En Llaurí destacan variedades como el romero, el rabo de gato, la pebrella, la ajedrea (herba d'olives), el tomillo, la calaminta, la zamarilla, la corona de fraile (cegollada), la hierba de las siete sangrías (herbeta de la sang), el pinillo de oro (herbeta de la penya), la manzanilla amarga, el té de roca y la uña de gato (raïm de pastor).

Desde la posguerra y hasta los años 60 muchas familias no tenían suficiente dinero para comprar medicinas y la industria farmacéutica no estaba muy desarrollada en España. Por eso, las hierbas medicinales mantuvieron la importancia que han tenido durante siglos, según remarca Oltra. Esta tradición prosigue y, hoy en día, hay gente mayor que sigue abasteciéndose de los recursos naturales que le brinda la montaña para curarse dolencias leves como resfriados, conjuntivitis o dolores de cabeza, de tripa o articulares.

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