Més Algemesí ha reclamado al gobierno municipal (PSOE-EU) que en la futura ampliación del cementerio contemple una reserva de terreno importante, «como mínimo de un 20 %», para habilitar una zona verde a modo de «jardín del recuerdo», con el objetivo de que los familiares que lo deseen puedan enterrar en ella las cenizas de sus seres queridos. Este grupo que sustenta al actual gobierno de izquierdas -propició con su voto la investidura de la alcaldesa y, sin abandonar la labor de fiscalización, también cerró un acuerdo para apoyar el presupuesto municipal- argumenta que hay un sector de población que demanda estos enterramientos ecológicos en los que se utilizarían unas urnas biodegradables que ya existen en el mercado, por lo que incide en que la capacidad para atender peticiones resultaría prácticamente ilimitada.

El grupo que lidera Josep Bermúdez argumenta que la mayoría de cementerios, entre ellos el de Algemesí, están diseñados para maximizar el aprovechamiento del espacio con la construcción de tramadas y tramadas de nichos «que reproducen la forma de vivir de los últimos cincuenta años, de espaldas a la naturaleza».

Més Algemesí expone en un comunicado difundido ayer que la conciencia ecológica también ha llegado a este ámbito y ya son muchas las personas que desean que los restos de sus difuntos «tengan un final más acorde con los principios ecológicos que defienden». «Si apostamos por cementerios que tengan grandes zonas verdes y ajardinadas será posible depositar en ellas los restos de los difuntos», expone este grupo municipal, mientras señala que en la medida que se reduzca la construcción de nichos también se cumplirá el Pacto de Alcaldes por el Clima, al que se ha adherido Algemesí, «que nos obliga a reducir las emisiones de CO2 un 40 %».

En esta línea, la propuesta que Més Algemesí elevará al pleno plantea que, en el momento que se planifique una ampliación del cementerio, se diseñe una gran zona verde con árboles autóctonos, fuente, plantas, bancos,?,en la que se podrían depositar las cenizas de los difuntos en urnas biodegradables. La propuesta recuerda que hay modelos que permiten incluso introducir una semilla para que nazca un árbol o una planta y que, una vez incinerado un cadáver, «enterrar las cenizas es perfectamente legal y sostenible y no está sometido a ningún tipo de restricción legal o sanitaria».

Més Algemesí aboga por cambiar paulatinamente la forma en que se entierra a los difuntos y apunta que, como recuerdo a las personas que queden enterradas en esta nueva área, se podría ubicar un monolito o escultura en el que, si los familiares lo aceptan, se esculpirían sus nombres. «De esta forma atenderíamos el deseo de muchas personas de retornar a la naturaleza, haríamos del cementerio un lugar acogedor y tranquilo en el que recordar a los difuntos y no un lugar inhóspito, y reduciríamos las emisiones de CO2 a la atmósfera al reducir la construcción de nichos y favorecer la plantación de árboles».

Més Algemesí aclara que la propuesta no impide que las personas que lo deseen continúen recurriendo a los nichos.