Una discusión entre dos varones con un asunto de drogas como trasfondo, según las primeras hipótesis, acabó en la madrugada de ayer con un nuevo tiroteo en el barrio de l'Alquerieta que, afortunadamente, no causó víctimas. Las fuerzas de seguridad encontraron un casquillo de nueve milímetros largo en la calle aunque no la pistola, ya que el autor del disparo se dio a la fuga tras el altercado y en la jornada de ayer era buscado por la policía, que reforzó la vigilancia en el barrio para evitar posibles represalias.
El incidente, que algunas fuentes enmarcan en una lucha entre clanes por controlar la venta de droga en la zona y una deuda, se produjo sobre las 0,30 horas en la parte alta de la calle Callao, donde reside uno de los implicados conocido popularmente como «el francés», que se ha asentado relativamente hace poco tiempo en el barrio. Es la víctima del intento de agresión. El autor del disparo sí es un vecino de siempre del barrio aunque tiene su vivienda en el otro extremo. Pasada la medianoche se enzarzaron en una discusión en la que éste acabó esgrimiendo un arma y realizando al menos un disparo. Algunos vecinos comentaron a las fuerzas de seguridad la posibilidad de que se hubieran realizado dos tiros, aunque los agentes de la Policía Local de Alzira, que fueron los primeros en llegar a l'Alquerieta, únicamente localizaron un casquillo de bala.
Ya sólo se encontraron con el presunto agredido, que reconoció en un primer momento que habían disparado contra él pero que había conseguido esquivar la bala. Ésta fue, según ha podido sabe Levante-EMV, su escasa colaboración con las fuerzas de seguridad. No se pronunció sobre los motivos de la discusión. Con posterioridad habría negado incluso que le dispararan y se limitó a comentar que se trataba de un problema personal, que no tenía nada que denunciar y que entre gitanos se aplica la ley gitana para resolver problemas. El Cuerpo Nacional de Policía, que también desplazó varias unidades y ayer mantuvo su presencia por el barrio, se ha hecho cargo de la investigación.
Quejas vecinales
El incidente se produce ocho meses después de la última vez en que el sonido de disparos volvió a encender las alarmas en la zona de l'Alquerieta-Torrejó -entonces se detuvo a un vecino del barrio que estaba realizando disparos en un descampado con un arma de fogueo- y apenas una semana después de la asamblea de vecinos en la que los residentes aprovecharon la presencia del alcalde de Alzira, Diego Gómez, y una amplia representación del gobierno municipal para denunciar la situación de inseguridad que se vuelve a vivir en el barrio y reclamar más protección policial.
Por otra parte, esta discusión que acabó con al menos un disparo -algunos testimonios apuntaban la posibilidad de que se hubiera realizado de forma intimidatoria- se producía apenas unas horas antes de la reunión que el nuevo presidente de la asociación de vecinos, Ricardo Cuenca, tenía concertada con los responsables de la Policía Local de Alzira y la concejal de Seguridad, Sara Garés, para abordar diferentes problemas del barrio.
Las quejas de los vecinos por la situación que se vive en l'Alquerieta -en muchos casos se trata de problemas de convivencia por los malos modos, amenazas o la presencia de caballos en la vía pública- han tenido tradicionalmente como respuesta que el nivel de denuncias no refleja esa conflictividad. En la asamblea de la semana pasada, Sara Garés explicó a los vecinos que no se podía hablar de etnias «sino de ciudadanía» y que la solución «pasa por todos», mientras que su compañero de gobierno Ivan Martínez recordó que el plan estratégico que busca financiación europea contempla una intervención específica en esta zona urbana de Alzira.
