El alcalde de Alzira, Diego Gómez, valoró ayer como un incidente «puntual» la discusión entre dos hombres que en la madrugada del viernes acabó con al menos un disparo en el barrio de l'Alquerieta y defendió el trabajo de mediación que está realizando el ayuntamiento para que aquellas personas o familias que pueden resultar conflictivas respeten las ordenanzas y las normas de convivencia.
«Esperamos que se pueda tranquilizar la situación en el barrio para seguir creando ámbitos de colaboración y mediación, no hay otra», comentó Gómez, mientras detallaba que ya había mantenido dos reuniones con el autor del disparo, la segunda hace escasamente quince días en el ayuntamiento. «Se ha demostrado que era una persona conflictiva, pero se podía mediar, y eso es lo que intentamos, esa es la línea, intentar razonar, consensuar, que se respeten las normas y, sobre todo, la convivencia. Es lo que estamos haciendo y eso lo sabe el barrio», indicó.
Diego Gómez dijo desconocer si la policía había podido localizar y detener a la persona que disparó el arma en la zona alta de la calle Callao, afortunadamente sin causar heridos. En este sentido, como ya informó Levante-EMV, el alcalde apuntó a un asunto de drogas y posiblemente una deuda como el motivo que desencadenó la discusión.
El alcalde señaló que el equipo de gobierno está trabajando «con seriedad» desde hace ya algunos meses para intentar trasladar su visión de l'Alquerieta y su idea de mediar en las relaciones personales, «de crear entendimientos en el barrio y redes de convivencia y respeto, que son básicas, además de mejorar los servicios y las dotaciones», dijo.
«Hemos invertido en obras, servicios y parques, pero sobre todo no hemos descuidado la relación con las personas, de hecho, hemos tenido varias reuniones de forma personal con vecinos que pensábamos que podían tener cierta relevancia conflictiva para intentar mediar y algunas de estas mediaciones han surtido efecto», comentó.
Por lo que respecta al autor del disparo, señaló que hubo un primer contacto hace unos meses y un segundo hace apenas quince días en el despacho de alcaldía. «Ya se detectó que había mucha tensión y me ofrecí a ir a su casa a hablar con tranquilidad», expuso Gómez, mientras detallaba que este vecino había expresado su queja al considerar que todas las denuncias se dirigían contra su familia.
«Hay más gente conflictiva, es cierto, pero se ha demostrado que él tenía cierta conflictividad como se destapó», apuntó Gómez, que considera que lo sucedido la semana pasada fue una reyerta puntual «que se resolvió como no se tenía que haber resuelto».
