Juanvi Talamantes se convirtió el lunes en el primer presidente de la Junta Local Fallera de Algemesí elegido de forma democrática por las comisiones de la ciudad. Fue la culminación del proceso iniciado el pasado mes de octubre por el nuevo gobierno municipal (PSOE-EU) para «democratizar» el mundo de las fallas que, hasta ahora, siempre ha presidido un concejal por delegación del alcalde. El cambio de modelo comenzó con la redacción de un nuevo reglamento que, entre otros aspectos, regulara la elección del presidente de la JLF y, una vez aprobado el mismo por unanimidad de todas las comisiones hace apenas quince días, se abrió el plazo para la presentación de candidaturas.
Dos aspirantes optaban en un principio al cargo. Ricardo Grau, de la falla Plaça del Cid, y Juanvi Talamantes, de Tres Moreres, aunque el primero anunció que retiraba su candidatura en la misma asamblea celebrada el lunes, por lo que los treinta falleros con derecho a voto -los dos delegados que cada comisión tiene en la JLF más los diez presidentes- se quedaron con una única opción que, no obstante, tenían que refrendar ya que los estatutos exigen una mayoría absoluta para la elección del presidente. Juanvi Talamantes obtuvo 22 votos a favor (73 %) mientras que ocho electores votaron en blanco. Sus primeras palabras tras la elección fueron para anunciar su disposición a hacer todo aquello que esté en sus manos «para que las fallas de Algemesí sean una gran fiesta», según indicaron ayer fuentes municipales.
La alcaldesa de Algemesí, Marta Trenzano, responsable del área de Fiestas, recordó que el PSOE ya presentó en la anterior mandato desde la oposición una propuesta para dotar a la Junta Local Fallera de una estructura independiente del ayuntamiento, que fue desestimada por el gobierno del PP. «El presidente o presidenta siempre había sido un concejal nombrado a dedo y nosotros pensamos que las fallas son un colectivo importante en Algemesí y que, de algún modo, debían asumir la mayoría de edad y ser independientes de forma que ningún partido político pueda manipular la fiesta», comentó Trenzano, presidenta nata de la propia JLF, mientras señalaba que aquella misma propuesta es la que se ha materializado ahora.
«Eso no significa para nada que el ayuntamiento se vaya a desentender, pero de la misma manera que la Setmana de Bous tiene una organización independiente de quien gobierne y funciona bien, las fallas la tendrán ahora», explicó la alcaldesa. Marta Trenzano aclaró que el cambio de modelo no conlleva ningún matiz de crítica a los anteriores presidentes de la JLF, pero defendió que la idea era democratizar el mundo de las fallas y dar independencia para que decidan ellas, por ejemplo, «en qué se gastan el dinero que el ayuntamiento asigna a la fiesta en función de lo que crean más importante».
